Muere Husein el Huseini, artífice del fin de la Guerra Civil libanesa
El expresidente del Parlamento libanés y fundador del movimiento chiita Amal, fue uno de los grandes protagonistas de la vida política del país durante los 70 y 80 del pasado siglo
Moderado y dialogante, Huseini fue uno de los promotores del Acuerdo de Taif (1989), que permitió poner fin a un conflicto civil que se prolongó durante 15 años.
Husein el Huseini, expresidente del Parlamento libanés e impulsor del Acuerdo de Taif (1989) –que permitió poner fin a la Guerra Civil-, falleció ayer en Beirut a los 85 años de edad víctima de una gripe severa. Nacido en la localidad de Chmistar, un feudo chiita situado en la región de Baalbek, en el oriente del Líbano, su figura moderada y dialogante, capaz de alcanzar acuerdos con los adversarios, remite a uno de los momentos más lúcidos de la vida colectiva de un país que hoy vive horas bajas. Un acuerdo no escrito que data del nacimiento del país reparte los tres principales cargos del Estado con arreglo a líneas sectarias: el presidente de la República debe ser cristiano maronita, el primer ministro musulmán sunita y el del Parlamento, musulmán chiita, como era el caso de Huseini.
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El mayor logro de El Huseini fue ser, junto al patriarca maronita Nasrallah Sfeir, el promotor del Acuerdo de Taif o Acuerdo de Reconciliación Nacional (1989), pacto favorecido por la Liga Árabe y la monarquía saudí que hizo posible el fin de la larga Guerra Civil libanesa (1975-1990) propugnando la reforma política en el Líbano, el establecimiento de relaciones entre Beirut y Damasco –pese a que se marcaba una hoja de ruta para la retirada gradual de las fuerzas sirias del Líbano estas no se marcharían definitivamente hasta 2005 tras las multitudinarias manifestaciones de la revolución de los cedros- y la transferencia de poder desde la comunidad maronita al Parlamento.
La contienda civil libanesa marcó una época en Oriente Medio y la escena internacional merced a su duración y a un balance de más de 120.000 víctimas mortales. En el haber de El Huseini también figura haber sido uno de los impulsores del Documento de entente nacional.
Además, el expolítico libanés fundó el movimiento de los desheredados, que con el tiempo se acabaría convirtiendo en el partido chiita Amal, a día de hoy segunda formación para esta confesión después del todopoderoso Hizbulá. Sucedió El Huseini al imán Musa al Sadr –muerto en Libia tras su misteriosa desaparición el verano de 1978-, cofundador como él de la formación, como líder de Amal hasta 1980.
Husein el Huseini marcó el ámbito legislativo en Líbano durante muchos años
Desempeñó un papel crucial en la adopción del Acuerdo de Taif que puso fin a la guerra civil en el Líbano”, ha recordado el primer ministro interino, Nayib Mikati, en un comunicado recogido por la agencia de noticias libanesa NNA.
El actual presidente del Parlamento libanés y líder de Amal, Nabih Berri –y rival de El Huseini, al que sucedió en 1992- lamentaba asimismo ayer su fallecimiento: “El país acaba de perder a un hombre y legislador incalculable”, afirmó este miércoles Berri, líder hasta hoy de Amal, quien añadió que Huseini “dedicó su vida a defender el país, su gente y su identidad nacional", según informó el diario libanés en lengua francesa L'Orient Le Jour.
Líder de los ‘desheredados’
Graduado en negocios en la Universidad de El Cairo en 1963, la carrera política de El Huseini comenzó en el consejo municipal de Chmistar –localidad de la gobernación de Baalbek-, que abandonó para ingresar en 1972 en la Cámara como diputado por la misma circunscripción de Baalbek. En 1978 se convertirá en secretario general del movimiento Amal, formación que, desde la moderación, trató de alejar de la confrontación civil que asolaba el país de Oriente Próximo.
Pero el hito más importante de su carrera, por el que será recordado, comenzó a forjarse en 1984 al asumir la presidencia del Parlamento, responsabilidad que ostentará hasta las legislativas de 1992, año en que pierde el favor del régimen sirio, apoyo tradicional de la secta chiita libanesa y ocupante entonces del Líbano. Según recuerda el diario libanés L’Orient-Le Jour El Husein se opondrá a las políticas del primer ministro Rafiq Hariri –jefe del Gobierno en dos etapas, desde 1992 hasta 1998 y, en una segunda etapa, desde 2000 a 2004- aunque “sin pronunciarse con claridad sobre los grandes conflictos nacionales que predominan a partir de la década de los 2000: la lucha contra la tutela seria o el estatuto de Hizbulá”.
Desde entonces Husein el Huseini continuará defendiendo la democracia y el papel de la sociedad civil desde su escaño en la Cámara de Diputados el Líbano por la circunscripción de Baalbek junto a parlamentarios de Amal y Hizbulá hasta 2008, tres años después del asesinato de Hariri, momento en que se produce su renuncia.
El citado diario libanés destaca lo atípico de su figura en el universo político libanés, al ser “síntesis entre la pertenencia a una importante familia y la promoción de la causa de los ‘desheredados’, del cual Amal se pretendía su expresión”.
La noticia de su muerte se produjo en vísperas de una sesión parlamentaria prevista para hoy en la que los diputados estaban llamaos a elegir presidente y que se ha convocado nuevamente para el día 19 de enero. Desde que el pasado 30 de octubre concluyeron los seis años de mandato del veterano general Michel Aoun, el Líbano sigue sin jefe del Estado.
Desde el poderoso partido chiita Hizbulá, uno de sus diputados, Mohammad Raad expresó sus condolencias a la familia de El Huseini, según se hacía eco ayer el medio de comunicación vinculado a la organización Al-Manar. Por su parte, el Consejo Supremo Islámico Chiita definió al finado como “un hombre de moderación y alta moralidad patriótica”.
Muestra del consenso al respecto del reconocimiento de la figura del muñidor del Acuerdo de Taif, el ex primer ministro Saad Al-Hariri aseveró este miércoles que el Líbano ha perdido “a un gran hombre” que representó la moderación y el diálogo en aras del consenso entre libaneses. Por su parte, el ex primer ministro Fouad Siniora destacó ayer “el gran papel de El Huseini a la hora de preservar y defender el Líbano, patria de la coexistencia islámica-musulmana”.
Otro primer ministro, Tamam Salam, defendió el papel de El Huseini a la hora de “preservar la democracia (…) en los momentos más difíciles y hacer avanzar al Líbano desde la guerra a su nueva Constitución en el marco de las sesiones maratonianas que se celebraron en Taif [Arabia Saudita] bajo el patrocino árabe y la participación de un Parlamento inclusivo”, recogía ayer el digital Arab News.
“Pocos en el establishment político del Líbano merecen el calificativo de estadista, teniendo en cuenta que la gran mayoría de la supuesta élite política ha demostrado tener poca solución. Uno de estos raros hombres honorables fue el antiguo presidente del Parlamento libanés Husein el Huseini”, escribía en su obituario firmado por Makram Rabah y Mohammed Alyahya en el medio emiratí Arabiya.
El entierro de Husein el Huseini, por el que se han decretado tres días de luto oficial en Líbano, a tendrá lugar hoy en su localidad natal, Chmistar, en el valle de la Becá, en un país profundamente dividido como en los peores tiempos y víctima de una aguda crisis económica y social que no atisba final en el horizonte.