Los males crónicos de los Pumas alemanes, el “carro de combate de las chapuzas”
El uso del vehículo militar Puma, destinado al apoyo de la infantería alemana, lleva gestándose casi veinte años. De momento, sin éxito. Lo apodan el “tanque de las chapuzas”.
En las últimas maniobras con esos vehículos que ha realizado el Ejército alemán, los 18 Pumas que se utilizaron quedaron averiados, según el semanario Der Spiegel.
Se supone que iba a ser un carro de combate ultramoderno que equipara al futuro Ejército de Alemania. El proyecto lo tenía prácticamente todo, empezando por un buen nombre: “Puma”.
De los Puma se ha dicho que son el carro de combate “más digitalizado” y “moderno del mundo occidental”. Sería el equivalente militar a una berlina de lujo de la serie “S” de la marca alemana Mercedes-Benz, de acuerdo con una analogía repetida estos días. Se estima que cada Puma cuesta unos 6 millones de euros.
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Ahora bien, estos vehículos fabricado por las empresas alemanas Krauss-Maffei Wegmann y Rheinmetall tienen en los medios alemanes un apodo revelador. A saber, 'Pannenpanzer'. Esa expresión se puede traducir como “tanque de las chapuzas”.
Algo tendrá de 'maldito' el proyecto Puma cuando lleva prácticamente 20 años tratando de implantarse sin éxito en el Ejército alemán. Es cierto que las Fuerzas Armadas de Alemania ya disponen de varias decenas de estos vehículos. Pero su uso es más bien limitado o, cuanto menos, problemático.
Los Pumas son, por lo visto, máquinas demasiado sensibles, dotados de componentes electrónicos incapaces de aguantar usos como el que el Ejército les daba recientemente en unas maniobras militares realizadas cerca de Münster (oeste germano) en las que los 18 de estos vehículos que se usaron resultaron averiados sin que hicieran algo comparable al estrés de una guerra como la que sufre Ucrania a manos de Rusia. De esto último informaba hace unos días el semanario Der Spiegel.
Esas avería constituyen un nuevo sonrojo en Alemania a cuenta del ejército germano, del que sus responsables han dicho a raíz de la invasión de Rusia contra Ucrania que está “desnudo”.
Reparar esos Pumas averiados, según ha transcendido, llevará entre tres o cuatro meses. La buena reputación inicial que pudo tener este vehículo, por otro lado, seguramente resulte más difícil de reinstaurar.
De momento, no se puede decir que los Pumas vayan a servir para jubilar más temprano que tarde a los Marder, otro vehículo blindado de infantería fabricado por Krauss-Maffei-Wegmann y Rheinmetall cuya vida útil se alarga desde los años 70 a medida en la que se ensanchan las carencia de los Pumas.
“No funcionan de manera fiable”
Los Puma, según los describía en un reciente editorial el Süddeutsche Zeitung, son tanques que “no funcionan de manera fiable”.
Poca fe le tenía ya en su momento el que fuera entre 2015 y 2020 Comisario para las Fuerzas Armadas del Bundestag alemán, Hans-Peter Bartels. Este político socialdemócrata dejó dicho a cuenta de los Pumas que era “el vehículo de infantería más caro del mundo, que nadie compra y que, además, resulta especialmente vulnerable”.
La ministra de Defensa del Olaf Scholz, la también socialdemócrata Christine Lambrecht, ha definido a los Puma en una reciente entrevista con el dominical Welt am Sontag como “el vehículo más moderno y con mayor fuerza de fuego” de su clase, aunque eso sí, aún tienen una clave tarea pendiente. “Tiene que poder funcionar”, según la ministra.
Oficialmente el Ejército alemán dispone de 350 Pumas, aunque en palabras del pasado mes de abril de Lambrecht, sólo 150 podrían ser desplegados por las fuerzas armadas alemanas. Pero esas cuentas eran previas a los problemas registrados en las maniobras de Münster. De hecho, según ha recogido el diario berlinés Der Tagesspiegel, en 2020 ya se habían apuntado las “carencias” de los Pumas.
La competencia de los Linces
Los sucesivos responsables del Ministerio de Defensa de Alemania, sin embargo, parecen haber considerado a los Puma un proyecto como una apuesta que merecía la pena. Esto es así incluso cuando Rheinmetall y Krauss-Maffei Wegmann se ha lanzado desde hace unos años a fabricar los Lynx, otro carro de combate de apoyo a infantería con nombre de felino – “Lince” – todavía más moderno.
Los linces están pensados para la exportación, a diferencia de los Puma. Estos últimos se supone deben ser los vehículos exclusivos del Ejército alemán. Pero tras el fiasco que han supuesto las averías en las maniobras de Münster, se ciernen no pocos interrogantes sobre los Pumas y su futuro al servicio de los soldados germanos.
Por lo pronto, esos vehículos, por decisión de la ministra de Defensa alemana, no serán los que utilicen los soldados alemanes de la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF, por sus siglas inglesas), brigada multinacional de la OTAN que va a estar bajo liderazgo teutón a partir del próximo día 1 de enero de 2023. Los soldados alemanes de esa misión tendrán que usar los Marder, convertidos ahora en “solución de recambio”, según los términos de Lambrecht. Hasta 8.000 soldados pondrá Alemania a disposición de la VJTF.
“El desastre de los Pumas”
La ministra de Scholz ha señalado que la pelota está en el tejado de las empresas fabricantes de los Puma para encontrar soluciones a los problemas que presentan esos carros de combate.
“La industria [armamentística, ndlr.] está obligada”, decía Lambrecht aludiendo a Rheinmetall y Krauss-Maffei Wegmann y al considerado aquí “desastre de los Pumas”. “Si el Ejército quiere seguir confiando en este vehículo, los problemas técnicos deben resolverse lo antes posible”, ha dicho Lambrecht.
No obstante, la propia ministra de Scholz está bajo una particular presión dado que, según ha publicado el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung en la última semana de 2022, ella habría autorizado en diciembre una “actualización” de los Pumas valorada en 850 millones de euros. No es la primera operación de “actualización” millonaria de estos problemáticos sistemas de defensa.
Según el periódico de Fráncfort, Lambrecht habría aprobado destinar esos recursos pese a contar desde septiembre con un aviso del Tribunal Federal de Cuentas de Alemania. Dicha institución apuntaba que los Puma son de tal “inmadurez técnica” que lo conveniente sería poner fin al contrato de adquisición de estos tanques.
Lambrecht dice que espera poder contar en pocas con una reacción de parte de los industriales responsables de los Puma. Pero sus problemas con el “tanque de las chapuzas” podrían alargarse mucho más.