El periodista estadounidense Grant Wahl murió mientras cubría el mundial de fútbol de Qatar, levantando toda clase de sospechas. La autopsia, sin embargo, ha determinado que falleció a causa de la rotura de un aneurisma aórtico.
Lo ha informado públicamente , la esposa de Grant Wahl, quién además es médico, Celine Gounder. "Es una de esas cosas que probablemente se habían estado gestando durante años y que, por la razón que sea, sucedió en este momento". Gounder agradeció los homenajes a su marido asegurando que son conmovedores y le reconfortantes.
La mujer de Wahl, especialista en enfermedades infecciosas explico en un comunicado que “ninguna cantidad de reanimación cardiopulmonar o electroshocks hubieran salvado su vida”.
Grant Wahl, de 49 años, falleció el viernes 9 de diciembre durante la prórroga del partido Argentina y Países Bajos, en el Lusail Stadium. Se desmayó en su silla de la tribuna de prensa y, durante media hora, fue atendido por servicios de emergencia, que se lo llevaron a un hospital de Doha.
Su mujer, Celine Gounder, ha contado a los medios que estaba terminando una llamada de trabajo el este viernes y vio mensajes de un amigo de Grant y compañero periodista de fútbol y, de repente, empezó a recibir mensajes de texto, correos electrónicos y mensajes de twitter.
La médica ha contado que inmediatamente se puso en contacto con este amigo de su marido, que le dijo que se había desplomado y que el personal médico había intentado reanimarlo durante 20 minutos antes de trasladarlo a un hospital local.
Gounder, aseguró que trató de localizar a alguien en el hospital para saber más, y siguió preguntando si tenía pulso, pero "nadie respondía", estaba asustada".
Wahl era un respetado periodista, crítico con la elección como sede del Mundial de Catar, país en el que no se respetan los derechos humanos y la homosexualidad está penada.
Realizó gestos a favor de las causas LGBTIQ+, su hermano llegó a afirmar que el periodista estaba sano y que su muerte era sospechosa, aunque días después se retractó.
Wahl había aparecido públicamente con una camiseta con los colores del arcoíris en el debut de Estados Unidos en el Mundial frente a Gales, el 21 de noviembre, y contó que el personal de seguridad le impidió entrar y le pidió que se quitase la prenda.