Daniela María Martín Becerra es una pequeña cubana que acaba de cumplir dos años y ya ha tenido que enfrentarse a la muerte hasta en cuatro ocasiones. No habla, no reacciona a estímulos y vive sumergida en un letargo profundo. Debido a su carita angelical, con los ojos cerrados, su madre, Lismary Becerra, la llama "la bella durmiente", aunque su historia en nada se parece al cuento infantil. Por otra parte, en España, Luka, un bebé de cuatro meses, necesita un trasplante de médula urgente.
Los médicos diagnosticaron que la niña sufre el síndrome de Guillain-Barré. Sus padres y la ONG Sembrando Esperanzas piden ayuda para que Daniela pueda regresar a casa. Y es que en el Hospital Pediátrico José Luis Miranda, en Santa Clara, donde se encuentra ingresada desde mediados de 2021, ha contraído graves infecciones que han puesto en riesgo su vida, la última hace poco más de un mes.
Daniela tiene dos hermanas, una de 11 años y otra de 9 meses. Dada la situación, los progenitores han tenido que renunciar forzosamente a sus trabajos para alternar las estancias en el hospital y el cuidado de las menores, según explica CiberCuba.
Esta "bella durmiente" nació el 9 de diciembre de 2020 en perfectas condiciones. Sin embargo, a los cinco meses, presentó un cuadro diarreico con sangrado. Los médicos rechazaron ingresarla a pesar de la insistencia de la madre y de que la niña no respondía al antibiótico.
La pequeña fue empeorando drásticamente y aparecieron las "crisis de postictales", dijo Lismary a CiberCuba en alusión al estado posterior a una convulsión en el que la persona queda en un letargo como parte de la recuperación del organismo. Fue entonces cuando ella se percató de la pérdida del desarrollo psicomotor.
El primer diagnóstico del doctor que le atendió fue "posible síndrome de West", una forma de epilepsia que se produce en uno de cada 2.000 niños, fundamentalmente entre los dos y los 12 meses de vida, pero no acertó. Dos semanas después de ser hospitalizada, los médicos dictaminaron que padecía síndrome de Guillain-Barré, un trastorno raro que ataca parte del sistema nervioso y que causa desde debilidad muscular, entumecimiento o fatiga hasta parálisis total.
"Le pusieron sonda de Levin y catéter, y en vez de estabilizarla, también deciden hacer una punción lumbar. Ese fue el error más grave que se cometió con Daniela y el único, creo, error culpable de todas estas cosas", señala Lismary, recordando con dolor el momento en el que el doctor le confirmó que la pequeña había "caído en coma".
Desde entonces, de mal en peor. Los especialistas no han acertado prácticamente en nada con el caso. Sin embargo, según destaca CiberCuba, a Becerra no le interesa compartir los detalles de los médicos que atendieron a su hija. No le halla sentido porque su objetivo no es hacer una denuncia de mala praxis sino exponer los hechos.
Lo ideal sería que alguna ONG o un hospital de otro país con recursos asuma las investigaciones que le han faltado a Daniela, para que pueda ser tratada como debe, pero, para la madre, "lo primero es llevarla a casa". Aunque, claro está, la vivienda debe estar acondicionada para las necesidades de la menor, que son muchas.
Con este fin, la organización sin fines de lucro Sembrando Esperanzas, que frecuentemente coordina recaudaciones de ayuda en beneficio de niños cubanos, anunció que "se creó una campaña para recaudar fondos para crear las condiciones vitales en su casa y así tenerla en un lugar más confortable y a la vez rodeada del amor de su familia".
Para ello, hizo públicos dos números de tarjetas bancarias y un teléfono de contacto. Además, pidió a los internautas dar visibilidad a la solicitud de ayuda.