El boicot comercial argelino a España cumple el medio año sin visos de cambio
El comercio bilateral se ha hundido y los empresarios españoles, que siguen aguardando que las autoridades españolas sean capaces de recomponer la relación con Argel, lamentan las oportunidades perdidas en un momento boyante para la economía argelina
No habrá cambio alguno de la posición argelina hasta que España no modifique su posición en el tema del Sáhara Occidental, ya tenga que pasar año, dos o diez años”, admite una fuente española en Argel con casi treinta años de experiencia en el comercio bilateral
"No hay la más mínima apertura”, admite el presidente del Círculo Argelino-español de Comercio e Industria, Djamal-Eddine Bouabdallah
El boicot comercial argelino a las empresas españolas cumple seis meses sin que se augure en el horizonte cambio alguno. La medida fue decretada por las autoridades del país magrebí de manera conjunta a la suspensión -el 8 de junio- del Tratado de Amistad, Cooperación y Buena Vecindad -suscrito con España veinte años atrás- como consecuencia del viraje del Gobierno de Pedro Sánchez en el conflicto del Sáhara Occidental. Un giro plasmado en la carta remitida el pasado mes de marzo por el jefe del Ejecutivo al rey de Marruecos en defensa del plan autonómico bajo soberanía de Rabat para la antigua colonia española.
Poco ha cambiado desde que el 9 de junio entrara en vigor la congelación de las domiciliaciones bancarias en el comercio con empresas española, que fue determinada por la Asociación Profesional de Bancos y Entidades Financieras (Abef). Aunque se trata de un colectivo privado, como todo lo importante en Argelia, la iniciativa no pudo haberse adoptado sin el respaldo o la iniciativa del régimen militar. Tanto es así que a finales de julio la Abef retiró la medida pero el boicot persiste.
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“No hay expectativa de que vayan a producirse cambios al menos de aquí al verano”, asegura a NIUS desde Argel una fuente española con tres décadas de experiencia en las relaciones económicas bilaterales. “Hasta que no haya una modificación en la postura del Gobierno español respecto al Sáhara Occidental, ya tenga que pasar un año, dos o diez años, Argelia no va a cambiar. Además, dentro del país se vería muy mal, como una debilidad gubernamental, que las autoridades cedieran en un tema como este”, augura a NIUS el citado ciudadano español.
La consecuencia inevitable de la decisión de las autoridades argelinas de castigar a los exportadores e inversores españoles en el país –nunca admitida oficialmente por el régimen presidido por Abdelmadjid Tebboune- ha sido la reducción hasta niveles residuales del comercio bilateral. La congelación de la actividad bancaria vinculada al comercio con empresas españolas entró en vigor el 9 de junio, pero desde marzo las autoridades argelinas vetan los productos españoles sometidos a control o autorización fitosanitaria.
Según datos del Ministerio de Comercio español recogidos por AFP correspondientes al período comprendido entre junio y septiembre, las exportaciones alcanzaron apenas 138 millones de euros, en contraste con los 625 millones del mismo período un año antes. El retroceso de la actividad comercial se ha seguido prolongando durante el otoño hasta marcar las exportaciones una caída del 90% respecto al período anterior a la crisis bilateral.
Con la excepción de los intercambios energéticos –las exportaciones de gas no se han visto interrumpidas, aunque los precios sí se han incrementado-, el conjunto de los sectores se han visto afectados, del textil al agroalimentario pasando por el de los productos químicos, la ingeniería civil, la cerámica, la maquinaria o la construcción.
“Es una lástima lo que está ocurriendo a las empresas españolas”
“La situación no ha cambiado en los últimos meses; es más de lo mismo. Las empresas españolas que operaban en Argelia siguen teniendo los mismos problemas de bloqueo e incapacidad a la hora de operar. Es una lástima lo que está ocurriendo, las empresas españolas y argelinas, y las personas, siempre nos hemos llevado muy bien, y esperamos que haya gestos diplomáticos que acerquen posturas”, explica a NIUS Alfonso Tapia, CEO de Omnicrea Consultoría, firma especializada en las relaciones entre Argelia y España.
El también representante del Instituto Valenciano de la Competitividad Empresarial lamenta la ocasión perdida en un momento de bonanza para la economía del gigante magrebí, que se ha beneficiado en los últimos meses –por mor del conflicto bélico en Ucrania- del incremento de precios y demanda de los hidrocarburos.
“El interés por Argelia de las empresas españolas está intacto, como hemos podido percibir en las últimas ferias, máxime con las condiciones de la economía argelina: sin deuda pública desde comienzos del año que viene, con un muy ambicioso plan de inversiones y con sectores como el inmobiliario, el turismo, las removables o la agricultura al alza, etc.”, afirma Tapia. “Mercados como el francés o el alemán, que ya estaban presentes en Argelia y viendo esta dinámica positiva están entrando un poco más en el país”, advierte el empresario español.
Igualmente desde el Círculo Argelino-español de Comercio e Industria, Djamal-Eddine Bouabdallah, se lamenta la situación. “Hay una congelación total [de la actividad comercial bilateral]. No hay ni la más mínima apertura”, explica el representante empresarial en declaraciones al digital TSA Algérie. Bouabdallah recuerda cómo en julio se anunció que la Abef había autorizado nuevamente los intercambios comerciales desde los dos países y, sin embargo, desde entonces “no ha habido nada, absolutamente nada”.
La cuestión parece olvidada para el Gobierno de Pedro Sánchez, que no hace mención a la crisis diplomática abierta con Argelia en marzo pasado desde hace semanas. La última vez que el titular de Exteriores del Ejecutivo español, José Manuel Albares –que exhibe la mejor de las relaciones posibles con Marruecos, archienemigo de Argelia, en las últimas semanas-, hizo mención al conflicto con el país norteafricano se produjo el 24 de octubre pasado. Entonces, Albares dijo que se estaban llevando a cabo “todos los esfuerzos posibles” por restablecer la normalidad. Entretanto, según informan a NIUS fuentes españolas en la capital argelina, la Administración española ha prometido ayudas a las empresas españolas que presenten “pérdidas acreditadas, ciertas, y no porque no hayan podido vender” a causa del bloqueo, aunque está por ver que se acaben concretando.
En el horizonte, en fin, no se augura nada positivo para los intereses económicos españoles en Argelia. Los puentes políticos están rotos y la interlocución es mínima entre las dos autoridades. “Sólo veo posibilidades de cambio si la UE obligara a Argelia a rectificar, lo que supondría mínimo dos años, o con un cambio de gobierno en alguno de los dos países, y aquí no se espera relevo pronto en la presidencia; sí en España. Los argelinos están acostumbrados a trabajar a largo plazo, así que habrá que esperar, al menos, hasta 2024”, estima a este medio la experimentada fuente española en la capital argelina.