Desde Ucrania, el presidente, Volodímir Zelenski, ha hecho un llamamiento urgente a los países vecinos. Necesitan piezas, con urgencia, para recuperar la dañada red energética. La población ha vuelto a enfrentarse a una noche de bajísimas temperaturas mientras continúa la resistencia. Y es que el frío es un nuevo frente de batalla en la guerra. Zelenski también ha pedido más armas a la OTAN para seguir defendiendo el país.
Ucrania parece un inmenso cementerio de fragmentos de misiles, bombas de racimo y proyectiles de cohetes, que ponen de manifiesto de brutalidad de la invasión de Rusia.
El portavoz de la oficina del fiscal asegura que son restos del arsenal ruso que están siendo analizados por expertos internacionales de la Corte Penal Internacional.
Mientras, Kiev hace un llamamiento desesperado a la OTAN a la que pide que acelere la ayuda prometida en armas y para arreglar las infraestructuras dañadas por los bombardeos rusos. "La situación en el frente es difícil, los ocupantes siguen tratando de avanzar en la región de Donetsk", ha explicado el propio Volodímir Zelenski.
La Alianza lo confirma que “están brindando un apoyo sin precedentes" y asegura que lo mantendrán el tiempo que sea necesario. Y el G7 ya prepara la conferencia de donantes prevista para el mes que viene en París.
El frío, cada vez más intenso empuja a muchos ucranianos al éxodo. Los que se quedan buscan lo más básico en los puntos de invencibilidad dispuestos por el Gobierno con calefacción, zonas de ocio para los niños, acceso a la red eléctrica y medicinas.