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Inaugurado oficialmente el Mundial de Fútbol de Qatar lo ha hecho con una nueva polémica. Esta vez por las peligrosas imágenes de aglomeraciones en los accesos a la fan zone, el único sitio donde se permite la venta de alcohol en el primer día. Y es que este Mundial estará cubierto inevitablemente de críticas porque se celebra en un país muy poco o casi nada respetuoso con los derechos humanos.
El aforo en la fan zone superaba el doble del permitido y la Policía tuvo que emplearse a fondo para evitar problemas mayores. Ocurrió justo después de la inauguración.
A empujones, decenas de miles de aficionados intentaban entrar al recinto. Hasta que se ven prácticamente engullidos por una marea humana, que también arrastra a algunas familias con niños.
Para cortar el paso, los antidisturbios tuvieron que formar una cadena humana.
Pero esta no es la única polémica surgida tras la ostentosa inauguración del Mundial de Fútbol de Qatar, en la que ha participado el actor Morgan Freeman, la mascota La'eeb y la banda surcoreana BTS y en la que se han negado a estar Dua Lipa, Shakira o Rod Stewart, entre otros.
Ellos no han querido actuar en un país que no respeta los derechos humanos. Muchos se preguntan cuánto le habrán pagado a Morgan Freeman.
El proyecto Qatar nació con polémica, en una elección supuestamente amañada que ha llegado con polémica al pitido inicial. Incluso el presidente de la FIFA ha cuestionado a quienes critican la conveniencia de celebrar un evento de semejante envergadura en un país de semejante perfil.
Qatar es un mundial incómodo como denota el eufemismo de Luis Enrique y como se ve en la reacción airada de Maluma cuando le preguntan si no teme blanquear el régimen con su presencia. Él es de los que han decidido estar.
En fin, con un mundial en otoño, que interrumpe las ligas y en un país que no está claro ni con qué letra empieza. La duda flotaba y flotará en el ambiente.