Meloni entre EE.UU y China en su primer G20
La participación de la premier en este G20 representa su debut entre los grandes dirigentes del planeta
Ha realizado su primer encuentro con el presidente Joe Biden en el que ha reafirmado su atlantismo
Le siguió otra gran reunión con el líder chino Xi Jinping
Giorgia Meloni se presenta ante los grandes líderes mundiales en este G20 celebrado en Indonesia y, así, en Bali se escenifica la primera cita de alto voltaje internacional para la nueva presidente del Consejo de Ministros italiana. La única premier mujer en este vértice atravesado, como no podía ser de otra forma, por el debate sobre la guerra en Ucrania. "Cuando Indonesia asumió la presidencia del G20, era imposible predecir que Rusia podría invadir Ucrania y el impacto devastador que esto tendría en el orden mundial y en nuestras economías", dijo Meloni en su intervención. “Para tener éxito en su misión, el G20 debe tener el coraje de enfrentar los desafíos más difíciles de la agenda, comenzando por las consecuencias del conflicto ucraniano en los campos económico, energético y alimentario que están afectando a todos y sin duda afectan también a los países en desarrollo”, añadió. Un tema, la guerra, y una posición, alineada con el atlantismo y el europeísmo, que Meloni ha querido delimitar siempre a pesar de las dudas que generan sus dos socios de coalición: Berlusconi y Salvini.
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Y, también, un tema que la une inevitablemente a su primer gran interlocutor en la larga jornada del martes, el presidente americano Joe Biden. En un encuentro bilateral que ha durado alrededor de una hora en la que han discutido sobre el compromiso de “continuar proporcionando a Ucrania el apoyo necesario para defenderse y señalar a Rusia como responsable de su agresión”, como explican fuentes de la Casa Blanca. Por otra parte, como añaden fuentes del Gobierno italiano, “el encuentro se ha centrado en la solidaridad de la alianza transatlántica y sobre la excelente colaboración para hacer frente a los retos globales, como el crecimiento económico y la seguridad común”. Comunicado que intentaba también reasegurar los “vínculos profundos y duraderos entre las naciones con el gran interés de reforzarlos en numerosos sectores de interés recíproco”. Principal, así, el tema de la guerra al que se han unido otros aspectos de desarrollo global, crisis climática o energía.
Un primer encuentro con el líder americano y, sobre todo, cara a cara, que marca aspectos sobre todo de deshielo. Biden ha tenido la oportunidad de acercarse a Giorgia Meloni, la líder de extrema derecha que ha llegado al Gobierno en Italia, un hecho que no pasa desapercibido dentro de la novedad significativa de la línea ideológica de la líder dentro cuadro de gobiernos que forman la UE. Y, sobre todo, porque Meloni hubiese preferido un interlocutor republicano. Pero las primeras impresiones son positivas. Fabrizio Coticchia es profesor de Ciencias Políticas especializado en Relaciones Internacionales de la Universidad de Génova. “Para Giorgia Meloni es fundamental obtener una gran credibilidad internacional y en la relación con EE.UU puede encontrar esta reafirmación a través de la visión común de la guerra en Ucrania y la equidistancia con Rusia”, explica Coticchia. “Los espacios de alianzas internacionales para Italia son bastante limitados, sobre todo en un momento en el que tiene tan pocos aliados en Europa. La situación puede cambiar con las elecciones europeas del 2024 si se reafirma una tendencia más soberanista en Europa, pero por ahora no es así”, explica.
En las áreas de interés mutuo, en realidad, se habla también de acuerdos comerciales. Los grandes esfuerzos de la diplomacia italiana en estas horas estaban en que este encuentro saliese bien. Washington quiere que Italia reduzca la euforia comercial con China que hubo en el primer Gobierno de Conte y que se centre en crecer con EE.UU. Meloni podría aceptar porque necesita la cobertura política de la administración americana ante el gran escepticismo europeo hacia el Gobierno que lidera, que se ha incrementado tras la crisis migratoria. Federico Niglia es profesor experto en Política Internacional en la Universidad de Perugia. “Concuerdo en la idea de que este es un episodio de búsqueda de credibilidad internacional para Meloni. En el caso de EE.UU se reafirman unas relaciones históricas ya muy potentes y con unos canales fuertes”, explica. Esos intereses incluyen también los energéticos, ahora centrales para Italia, y en general para toda la UE que recibe de Estados Unidos 37.000 millones de gas licuado sin el que no podría funcionar el motor productivo de los países de la Unión.
La reunión con el líder chino
El encuentro con el líder chino, Xi Jinping, se produjo en las horas sucesivas y, a pesar de que se preveía más corto, duró más o menos una hora. Era la segunda gran reunión de Meloni y una prueba de equilibrio para la líder. La premier quería mantener, al margen de los acuerdos tan necesarios con EE.UU, un compromiso general para favorecer y aumentar algunos canales comerciales con Xi, aunque no en la forma "más tradicional" prevista con rutas precedentes como la de la Seda. Y así fue, se reafirmó el recíproco interés y el líder chino invitó oficialmente a Meloni a visitar el país "para conocer y amar la cultura china". Para Roma -que vende al gigante oriental unos 18.000 millones de productos al año, sobre todo en los sectores manufacturero y mecánico- es un comprador necesario para equilibrar una balanza comercial. Visto desde el punto de vista de Pekín, Italia representa un puerto más en el que desembarcar en Europa. “La política de relaciones comerciales con China, a pesar de ser importante, no estará nunca subordinada al atlantismo y a los acuerdos económicos con EE.UU”, concluye Federico Niglia. En cuanto al tema de la guerra, también central en el coloquio, Meloni intenta transmitirle la importancia de rebajar tensiones y Xi justifica que no tiene tanta influencia sobre Rusia "como se cree", según ha trascendido tras el encuentro.
Meloni pudo encontrarse también en esa apretada agenda del G20 con el líder Turco Erdogan, al primer ministro canadiense Justin Trudeau, el primer ministro japonés Fumio Kishida y el primer ministro indio Narendra Modi. No lo hizo, sin embargo, con líderes europeos a pesar de que el tema migratorio está más candente que nunca con los vecinos franceses.