Las autoridades prorrusas de la región ucraniana ocupada de Jersón han avisado el domingo de graves daños en la presa de la central hidroeléctrica de Kajovskaya a causa de bombardeos ucranianos y han alertado de que miles de personas que están siendo evacuadas de la cercana localidad de Nova Kajovka están en peligro de morir ahogadas si la estructura finalmente acaba cediendo.
"El grado de destrucción es enorme, hay que decirlo", ha avisado el alcalde ruso de Nova Kajovka, Vladimir Leontiev, antes de alertar que la ruptura de la presa pondrá en peligro decenas de poblaciones a ambas orillas del río Dniéper, ahora mismo uno de los grandes escenarios de la guerra en Ucrania.
El jefe de la administración cívico-militar rusa de la ciudad, Pavel Filipchuk, ordenó el sábado la evacuación de la localidad ante un posible avance de las fuerzas ucranianas a través de los deteriorados puentes del Dniéper o posibles bombardeos desde posiciones cercanas a Jersón ciudad, en la otra orilla del río y liberada esta semana por Ucrania.
Para Leontiev, el colapso de la presa sería una catástrofe para la gente que está en proceso de evacuación. "Nova Kajovka se encuentra río abajo, lo que significa que la diferencia de altura es de 15, 16 metros. En caso de una ruptura, la ola se moverá río abajo a una velocidad de 60 o 70 kilómetros por hora", según declaraciones recogidas por la agencia TASS.
De momento, la localidad y sus alrededores pasarán ahora a convertirse en zonas fortificadas para resistir el avance ucraniano mientras los ciudadanos comienzan un larguísimo trayecto hacia el este, en dirección a la localidad rusa de Tuapsé, en la región de Krasnodar, a 500 kilómetros al oeste de Jersón y pasando la península de Crimea.