Kerrod Frahm, de 31 años, ha sido acusado de homicidio involuntario por ignorar a su hijo Tristan, de 11 años, quien perdió la vida el 20 de noviembre de 2021, tan solo unas horas después de ser mordido por una serpiente en el domicilio de un amigo en la localidad de Murgon, en Queensland (Australia). Por otra parte, el pasado agosto, dos hermanos fallecieron en la India tras ser atacados por sendas serpientes con apenas dos días de diferencia. Y un mes antes, un niño de seis años murió tras ser mordido por una serpiente de cascabel en Colorado, Estados Unidos.
Según indicaron las autoridades, tras un año de investigación, el pequeño suplicó a su padre que lo ayudara cuando sus síntomas empeoraron. El progenitor no se lo tomó en serio y no llevó al menor a un centro hospitalario para ser atendido. Instantes después, Tristan fue encontrado inconsciente fuera de la casa familiar. Nada se pudo hacer ya por su vida.
Kerrod Frahm deberá comparecer en sede judicial el próximo 6 de diciembre. Un bufete de abogados australiano especialista en crímenes ha señalado que, si el padre es declarado culpable, podría enfrentar la pena máxima de hasta 25 años de prisión.
Una familiar de la víctima, Gemma Thorley, utilizó su perfil en la red social Facebook para rendir un homenaje a Tristan, nombrándole como su "pequeño héroe", cuando tuvo lugar el terrible suceso.
"No encuentro palabras y la angustia es inimaginable. Todavía estoy totalmente incrédula. No podría tener más suerte de haber tenido un sobrino como tú. Gracias por hacerme tía", escribió Thorley, quien se mostró completamente abatida: "Te amo más de lo que jamás creí posible. Te extraño más y más cada minuto. Habrá un agujero del tamaño de ti en mi corazón para siempre".
Aunque los australianos no son ajenos a las serpientes peligrosas, las estadísticas indican que el promedio es de dos muertes al año por ataques de reptiles. No obstante, hay que destacar que otros 30.000 son atacados, pero son víctimas tratadas rápidamente y que logran recuperarse por completo.