La organización Iran Human Rights (IHR) con sede en Noruega, denuncia el ahorcamiento del cuerpo sin vida del preso iraní Nematolá Brahuyi este domingo en la prisión de Zahedán. El preso habría muerto al recibir un golpe fatal en el cuello tras resistirse al conocer que estaba condenado a la horca. La lucha contra la brutalidad policial en Irán se hace más visible desde la muerte de Mahsa Amini el 16 de septiembre.
Nematolá Brahuyi, de etnia baluche, estaba en prisión condenado a muerte por tráfico de drogas. El domingo las autoridades le informaron de que iba a ser ahorcado pero este se resistió y durante el forcejeo, recibió un golpe fatal en el cuello, según informa el portal Hal Vash citado por IHR. Aunque Brahuyi ya estuviera muerto, fue ahorcado de igual manera para que pudiera constar el ahorcamiento como causa de la muerte y evita un proceso judicial.
El cuerpo fue ahorcado junto al de otro baluche de Zahedán, Amanolá Alizehi, y ninguno de los dos han sido publicitados en los medios de comunicación locales de Irán.
Amanolá, según informa IHR a través de sus redes sociales, fue ejecutado de manera secreta sin que lo supiera ni su familia ni su abogado.
Según el recuento de IHR, 251 personas fueron ejecutadas, incluidas 6 mujeres y 67 miembros de la minoría baluche. Esta cifra supone más del doble de ejecuciones que las registradas en el mismo periodo de 2021.