Las imágenes son terribles y muestran la catadura moral de una enfermera y es posible, que el odio racial, de nuevo, en Kosovo. Es la agresión a una mujer mayor en una residencia de ancianos de Kosovo. Las personas que se supone que debían cuidarla se burlan de ella, la abofetean y la golpean sin ningún tipo de pudor mientras su víctima trata de defenderse a pesar de su fragilidad. Patalea e intenta defenderse.
Las vejaciones comienzan con una primera bofetada que hace reír a quienes participan de esta escena delictiva. Arrinconada, sujeta por los brazos, la anciana, indefensa, recibe varios bofetones más. Su desamparo es total. Y las carcajadas y burlas de la enfermera agresora y de las demás de una crueldad insoportable. Acorralada, intenta protegerse subiendo la pierna. Un gesto reflejo que desata más violencia en la enfermera que acabará siendo detenida y podría enfrentarse a una pena de 3 años de prisión.
Su detención y la de otras dos trabajadoras más no consuela a la hija de la víctima, que denuncia el trato inhumano. Una vejación que reabre graves heridas. La enfermera es albanesa, la anciana serbia y la residencia está en Kosovo. Un territorio que, para Serbia, se apropiaron los albanokosovares.
En España el alegato de Mariano para denunciar el estado de las residencias también copó portadas y minutos de televisión. Así como casos de violencia y malos tratos en residencias. Una realidad, que en el caso de Kosovo, puede explicar más por odio a una etnia además de por una inhumanidad evidente.
En España, en 2020, último ejercicio cerrado, se registraron casi 5.000 delitos de maltrato en el ámbito familiar con víctimas mayores de 65 años. Son las cifras de los casos denunciados, pero es una realidad latente que demuestra la falta de sensibilidad con los mayores. Una falta de empatía que ahora se ve también en esta residencia de Kosovo.