“No sé cómo voy a vivir”, expresa Kim, padre de una de las víctimas mortales de la avalancha de Itaewon, en Seúl. Su hija, de 25 años, murió el día de su cumpleaños, según publica el diario The Guardian. Su historia es una de las 154 vidas, entre ellos, chicos extranjeros, que se perdieron en la estampida durante la fiesta de Halloween.
Un total de 154 jóvenes fallecieron como consecuencia de la estampida en un estrecho callejón en cuesta en la noche del sábado en la capital de Corea del Sur, una tragedia que ha conmocionado al país, de luto hasta el sábado 5 de noviembre.
Ahn, de 54 años, recuerda que tras seis horas de espera en el hospital de Seúl de la Universidad Soon Chun Hyang, le comunicaron la muerte de su hija, de solo 20 años. Tras la muerte de su padre, la joven había dejado la universidad para trabajar y ayudar económicamente a su madre. Era su mayor apoyo. El actor Lee Ji-han, de 25 años, y la animadora de béisbol Yuna Kim, de 24, son otros de los coreanos que han perdido la vida en la tragedia.
Entre las víctimas, también hay 26 extranjeros: cinco iraníes, cuatro chinos y cuatro rusos, dos estadounidenses, dos japoneses y los restantes procedentes de Francia, Australia, Noruega, Austria, Vietnam, Tailandia, Kazajistán, Uzbekistán y Sri Lanka.
Grace Rached, una joven australiana de 23 años productora de cine, falleció en la estampida. “Siempre se preocupó por los demás y todos la amaban”, recuerda su familia. Fue a la fiesta acompañada de otros dos amigos australianos que se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos, entre los más del centenar de heridos.
Steven Blesi, un joven de 20 años estadounidense, salió a celebrar Halloween tras terminar los exámenes parciales en el país en el que estaba de intercambio con la Universidad Estatal de Kennesaw, en Georgia. La embajada de EEUU comunicó la muerte del chico a su familia horas después. “Fue como si me apuñalara cien millones de veces simultáneamente”, recordó su padre al New York Times, expresando que “la pérdida es insoportable”.
También la estadounidense Anne Gieske, quien cumplió 20 años el día anterior a la tragedia, perdió la vida. Estudiaba enfermería y su familia la recuerda como “una luz brillante amada por todos”.
Los funerales de las 154 víctimas ya han comenzado en Corea del Sur. Además, se ha decretado luto nacional y el Gobierno ha anunciado ayudas de 15 millones de wones (unos 9.100 euros) para los familiares de los fallecidos, que podrán así costear los servicios religiosos. Las autoridades también cubrirán los gastos médicos de todos aquellos que hayan resultado heridos durante la estampida.
Además, se ha levantado un altar frente al Ayuntamiento, donde las autoridades han depositado flores y han hecho una reverencia antes de abandonar el lugar. Entre ellos, ha estado el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, ha visitado el lunes junto a la primera dama, Kim Keon Hee.
“Es horrible, esta tragedia nunca debió haber sucedido. (...) Como presidente, mi responsabilidad es la seguridad de la vida de los ciudadanos, por lo que me pesa el corazón y batallo para hacer frente a este duelo", expresó Suk Yeol al conocer la noticia.
Por su parte, Hong Ki Hyun, jefe de la Oficina de Gestión del Orden Público de la Policía Nacional, ha lamentado que no pudieran "anticipar la tragedia" ante las crecientes críticas por las acciones de las fuerzas de seguridad y ha garantizado que a partir de ahora se tomarán medidas al respecto para intervenir en caso de que se produzcan estas situaciones sin una clara organización.