Las autoridades de Corea del Sur han admitido fallos en la avalancha de Halloween en Seúl que deja ya 154 muertos. La policía no detectó el aumento repentino de la multitud: nadie controlaba el aforo en el callejón donde se gestó una tragedia que sigue sacudiendo al país asiático. Los homenajes se suceden estas jornadas. Varios españoles fueron testigos del horror que se vivió en la noche del pasado sábado en el barrio de Itaewon.
La población, en medio del dolor por las víctimas, lanza numerosas críticas por la escasa presencia policial. "Así es como tenía que haber sido nuestra noche: risas y diversión”, explicaba en las redes un joven australiano que lamentó el suceso: "Pero terminó con dos de mis amigas en el hospital y una de ellas, fallecida". Aquella chica, vestida de Audrey Hepburn, es una de las víctimas del macabro callejón.
Javier Aldea, un joven español, renunció a entrar en el callejón, según ha explicado en 'El Programa de AR': "Yo creo que debió haber gente atrapada ahí durante bastante más tiempo del que pensamos. A lo mejor 30 o 40 minutos. La gente hizo lo que pudo: desde trepar por las paredes a salir de cualquier manera", ha detallado. "Nosotros vimos las víctimas mortales desde dentro del bar", ha agregado Xavi Puig, otro español que fue testigo del terrible suceso.
Miles de personas, poca policía, la llegada de una posible celebridad y la caída de algunos jóvenes en la parte alta de un calle estrecha y empinada son algunos de los elementos del puzzle mortal que Corea del Sur investiga ahora. El ministro del Interior surcoreano ha reconocido que no esperaban una concentración de 100.000 personas. Tantas, que los sanitarios no daban abasto y los propios supervivientes acabaron practicando reanimaciones: "No había medios suficientes, había un desfibrilador para cada diez personas". Fue una aglomeración lenta y agonizante que tiene conmocionado a todo el país.