No es ningún secreto que las capacidades militares de Marruecos se refuerzan con el paso de los meses. La estrecha relación de la monarquía de Mohamed VI con Estados Unidos e Israel ha espoleado a las autoridades marroquíes, que exhiben poderío militar ante el conjunto de la región, y, de manera particular, ante su mayor rival y vecino, Argelia, con el que viven meses de especial tensión. En agosto de 2021 Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat y en noviembre de un año antes el Frente Polisario daba por concluido el alto el fuego con Marruecos.
En 2022 Marruecos destinó a defensa 4.800 millones de dólares, el equivalente al 4% de su PIB. Una cifra que supone un incremento del 57% respecto a 2009, según el digital marroquí Bladi.net. En 2017 Rabat lanzó un plan a cinco años por valor de 20.000 millones de dólares con vistas a lograr la hegemonía militar regional.
Entre las pretensiones del Ejército marroquí en los últimos dos años destacan la adquisición de drones de fabricación china, turca e israelí, claves en la nueva estrategia de la monarquía alauita en la defensa del territorio del Sáhara Occidental. Una de las características de la política de defensa marroquí –también guía de conducta de su diplomacia- es la diversificación de socios, de clientes en los últimos años. La estrecha alianza con Occidente no ha impedido que las autoridades marroquíes hayan evitado condenar la agresión rusa de Ucrania o que Moscú anunciara recientemente que cooperarán con las autoridades marroquíes en materia nuclear.
El pasado mes de julio trascendía en los medios marroquíes la información del español defensa.com que Rabat se encontraba negociando con China la compra de drones armados –sin que diera una cifra estimada de unidades- Wing Loong II, que fabrica Aviation Industry Corporation of China (AVIC).
En 2020 las fuerzas armadas marroquíes habían incorporado cuatro Wing Loong I, la versión anterior, gracias a una donación de Emiratos Árabes Unidos. Fueron el núcleo de su primer escuadrón de drones armados y se emplearon en la crisis con el Frente Polisario del paso del Guerguerat en noviembre de 2021, según el digital español. Meses antes, en abril, las fuerzas marroquíes habían acabado con la vida del comandante de la Guardia Nacional saharaui, Adah el Bendir, como consecuencia de un ataque con dron. El 13 de noviembre de 2020 el Polisario daba por liquidado el alto el fuego en vigor con Marruecos desde 1991.
Por otra parte, desde 2021 Marruecos viene adquiriendo drones no tripulados Bayraktar TB2 de fabricación turca. En abril del año pasado medios turcos hacían pública la compra por parte del país magrebí de 12 vehículos aéreos de combate Bayraktar –en septiembre desde las fuerzas armadas marroquíes se daba cuenta de que 13 de estos aparatos habían sido ya incorporados- y meses más tarde, en diciembre, la prensa marroquí avanzaba que seis más venían en camino. Según defensa.com, las fuerzas armadas reales de Marruecos cuentan ya con 25 de esos aparatos. También adquirió entonces munición para los Bayraktar TB2.
Con todo, la mayor apuesta marroquí en materia de defensa –no exenta de polémica en un país profundamente solidario con la causa del pueblo palestino- es la flamante alianza con el Estado de Israel. A finales de septiembre pasado se hacía pública la compra de 150 drones WanderB y ThunderB VTOL, fabricados por la sociedad israelí BlueBird (en un 50% propiedad de Israel Aerospace Industries), según el medio marroquí Hespress. Además, las autoridades marroquíes evalúan la compra de otros drones de fabricación israelí como el WanderB-VTOL.
Antes de la normalización de relaciones –en un ejemplo de que los vínculos militares y en materia de inteligencia entre Rabat y Tel Aviv nunca cesaron-, Marruecos había firmado con la citada Israel Aerospace Industries –en 2014- un contrato para la adquisición y el mantenimiento de tres drones Harfang.
La determinación marroquí por adquirir drones israelíes no puede explicarse sin el acuerdo en materia de seguridad e inteligencia que los dos gobiernos firmaron hace casi un año en Rabat. El memorando de entendimiento suscrito el 24 de noviembre pasado por el ministro de Defensa Benny Gantz y su homólogo marroquí Abdellatif Loudiyi sentaba entonces las bases –sólo un año después de que los dos países restablecieran relaciones diplomáticas oficiales- para la cooperación en seguridad (más concretemente ciberseguridad) e inteligencia, además de para la compra y venta de armas.
No en vano, una parte de la producción de los citados aparatos de sello israelí será efectuada en el propio país norteafricano, según el citado digital marroquí. Aunque no ha trascendido públicamente la ubicación de las instalaciones, medios marroquíes apuntaban hace meses a la creación de dos plantas industriales para la fabricación israelo-marroquí de drones en el noreste y sur de Marruecos. La monarquía de Mohamed VI quiere ser el primer Estado africano capaz de producir drones.
Precisamente en vísperas de la visita de Gantz a Rabat, medios israelíes hacían pública la adquisición por parte de Marruecos –confirmada por las propias Fuerzas Armadas Reales- del sistema antidrones israelí Skylock Dome, obra de Skylock Systems (integrado en el grupo Avon). Un sistema, adquirido por un total de 27 países, diseñado para la “detección, verificación y neutralización de drones no autorizados”. Menos de dos años antes, Rabat anunciaba la compra del sistema antidrones ucraniano Bukovel-AD, según se hacía eco el digital menadefense.net.
El pasado 11 de octubre el Boletín Oficial de Marruecos publicaba un decreto firmado por el jefe del Gobierno Aziz Akhannouch con el que avalaba el acuerdo de crédito firmado entre Marruecos y el Banco Santander –por valor de 95 millones de euros- para la construcción de un patrullero Avante 1400 de la sociedad pública Navantia.
En enero de 2021 el Gobierno de España anunciaba –los dos países no atravesaban su mejor momento diplomático- la firma del contrato entre la firma española y Marruecos para la construcción del buque, que se hará en el astillero de Navantia en San Fernando (Cádiz). Navantia suministró patrulleros y una corbeta a la Marina Real de Marruecos en los años ochenta, precisaba recientemente la agencia EFE.
Seis meses después Marruecos daba muestras de querer seguir reforzando su Marina Real. Medios italianos informaban de las negociaciones entre Marruecos y la sociedad transalpina Fincantieri para la compra de dos fragatas Fremm Bergamini. Con todo, si bien recientemente se confirmaba la fabricación del citado patrullero de Navantia, desde entonces no ha trascendido más información al respecto salvo que las negociaciones continuaron durante ese otoño. Marruecos e Italia llevaron a cabo maniobras navales conjuntas en diciembre de ese año en aguas atlánticas.
En el conjunto de 2021, Marruecos adquirió además un millar de lanzadores y misiles anticarros y carros de combate T-72M, según el Registro de Armas Convencionales de Naciones Unidas. Dado el retraso en la entrega, el año que viene deberá recibir 24 helicópteros AH-64 Apache, adquiridos al estadounidense Boeing. También espera desde comienzos de año el Ejército marroquí de Tierra un lote de tanques estadounidenses M1A1 Abrams.
Desde hace décadas, Rabat y Argel se encuentran inmersos en una batalla que se agudiza en los últimos años por la hegemonía regional –en la que el conflicto del Sáhara es el telón de fondo- en todos los órdenes, y en esta carrera las dos potencias magrebíes compiten también en armamento y tecnología militar, así como en el ámbito de la inteligencia.
No en vano, con arreglo a la última ley de finanzas, Argelia ha incrementado para 2023 un 130% su presupuesto militar, que se eleva hasta los 22.700 millones de dólares desde los 9.800 millones del actual ejercicio. Argelia –que ha visto incrementar los ingresos del Estado en los últimos meses como consecuencia del alza de los precios y la demanda de hidrocarburos- destinará más del 15,6% de su PIB a defensa.
Mientras Argelia mantiene intactos sus vínculos militares con Rusia –y con Irán-, Marruecos exhibe su alianza con Estados Unidos e Israel en una suerte de nueva guerra fría en el Magreb. Si las fuerzas armadas marroquíes celebraron este verano las maniobras conjuntas a gran escala African Lion, tropas argelinas y rusas harán lo propio el mes próximo en un polígono situado en Hammagir, en el suroeste argelino, muy cerca de la frontera con Marruecos. La carrera diplomática, propagandística y militar seguirá, en fin, protagonizando las relaciones entre las dos potencias del Magreb en un escenario de tensión y cambios en los próximos meses.