El aventurero madrileño Santiago Sánchez Cogedor, desaparecido hace tres semanas tras cruzar la frontera de Iraq para entrar en Irán, se encuentra detenido en aquel país, según ha informado el canal de televisión Iran Internacional. Al parecer, fue apresado en Saqez, ciudad fronteriza del Kurdistán iraní, junto a "un traductor" y llevado a la prisión de Teherán, capital de esta república islámica, según ha adelantado ABC que indica que podría encontrarse en centro penitenciario de Sanandaj.
"De acuerdo con informes llegados a Iran International, Santiago Sánchez, de España, desapareció desde hace tres semanas y después de ingresar a Irán, ha sido detenido en la ciudad de Saqez junto con su traductor y luego transferido a Teherán", señala el canal de televisión.
Su último movimiento bancario fue del 27 de septiembre en el Kurdistán iraquí. En Irán se había desatado hace un mes una oleada de fuertes protestas por la muerte de Mahsa Amini, una joven que falleció a manos de la policía religiosa islámica por llevar mal colocado el velo. El escenario continúa siendo muy convulso en el país.
Los padres del desaparecido han tenido que acudir a la comisaria de Alcalá de Henares, donde la policía les ha citado con el comisario de la policía, según han señalado en El Programa de Ana Rosa: "Estamos citados a las cinco de la tarde para que traigamos todo lo que tengamos, su cepillo de dientes, las fotos de sus tatuajes y que nos hagamos el ADN. Hay un 99% de posibilidades de que sea verdad y los medios acierten, pero mi hija que es quien está en contacto, le han dicho que hasta que no vayan a la cárcel a verle y tenga el permiso iraní, ellos no pueden dar esa noticia de forma oficial". Los padres de Santiago, también, agradecían a los medios de comunicación su labor en el proceso: "Estamos muy agradecidos a los medios, a los periodistas, a la embajada...muy agradecidos a todos". La madre confesaba que Santiago ya le había dicho en varias ocasiones que no temiera por su vida y que si algo le ocurría no se preocupara porque él era feliz ayudando a la gente y demostrando que se podía recorrer el mundo y ayudar montado en una bicicleta: "Mamá, si me muero en esta experiencia, quédate tranquila, no llores, no puedo estar quieto y tengo que ayudar a los demás".
La familia de Sánchez supo de él por última vez el 2 de octubre, un día después de cruzar la frontera entre Irak e Irán: “Mañana me voy a Teherán, a la capital, una televisión va a hacer un reportaje sobre mí, y de ahí nos vamos a Bandar Abbas con su familia. Una vez allí, cerca del puerto para tomar un barco a Qatar, haré videos o lo que sea. Esa es la realidad, ¿vale?”.
Todos los rastros se evaporaron incluso antes de que llegara a Teherán, según creen sus padres: “Después de unos días no nos preocupamos de que no publicara, coincidía con lo que había dicho. Pero a los ocho o nueve días, mi hija y sus amigos más cercanos... ya empezamos a pensar que teníamos que denunciar su desaparición”, ha dicho Cecilia Cogedor, la madre del desaparecido. El 17 de octubre decidieron poner la denuncia y desde entonces colaboran con la policía y los diplomáticos españoles.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de España dijo que no tenía información sobre el paradero de Sánchez y agregó que el embajador español en Teherán estaba manejando el asunto. Esta no era la primera vez de Sánchez en Irán. En 2019 hizo una ruta similar en bicicleta para ir de Madrid a Arabia Saudí.
Después de atravesar países como Francia, Italia, Grecia, Albania, Turquía o Irak, ya se encontraba en Irán –sin internet–, el último territorio antes de viajar en barco hasta Catar, donde comenzará la mayor competición de balompié el próximo 20 de noviembre. Esta no era la primera aventura en la que se embarcaba Santiago, pues ya viajó desde la capital española hasta Arabia Saudí en bicicleta, mejorando el planeta, plantando árboles, recogiendo residuos y regalando sonrisas. De hecho, ya había estado tres semanas anteriormente con Miguel en aquel país y todo había salido bien.
Santiago Sánchez, que estaba documentando su viaje hasta Qatar a través de su Instagram con sus más de 40.000 seguidores, no tenía ningún interés político y que el motivo de su viaje es exclusivamente ayudar a los demás y compartir su madridismo por todo el mundo.