Algunos parlamentarios de Hermanos de Italia, partido de extrema derecha italiano ganador de las pasadas elecciones con el 26% de los votos, que los desencuentros que han marcado los últimos días entre Giorgia Meloni y su socio Silvio Berlusconi se resolverán si pusieran a Rita dalla Chiesa al frente de un ministerio. Es una mujer de consenso, no solo en los pasillos de la política, a los que acaba de llegar con 75 años, sino en toda Italia. Ha conducido durante tres décadas ‘Forum’ y otros programas históricos de Mediaset, empresa donde, dice, Paolo Basile le dio su primera oportunidad hace muchos años. Querida por todos y un icono transversal en el país, Silvio Berlusconi llevaba años pidiéndole que diese un paso a la política. Pero ella no estaba preparada, o, al menos, no sentía que era el momento. Ahora cree que la confianza que han depositado en ella los votantes, ganó en la región de Apuglia con el 40% de los votos, es su mayor responsabilidad en una legislatura que acierta a llamar “la más complicada de la historia de la República”. Precisamente por esa razón pensó que era el momento de aceptar definitivamente la oferta, era la ocasión de echar una mano al país. En la jornada en la que da por iniciada la XIX legislatura de la República italiana llega estrenando un traje azul, en honor al partido de Berlusconi, “gli azzurri”, los azules.
PREGUNTA: ¿Cómo se siente tras cambiar el plató de televisión por la Cámara de Diputados, después de tantos años?
RESPUESTA: “Todos me dicen que hoy es como el primer día de escuela. Yo les respondo: es peor. Hoy estoy aquí con la certeza de que entras en esta Cámara donde se ha hecho la historia. Donde la gente ha defendido Italia. Mi padre -general asesinado por la mafia siciliana en 1982- ha defendido siempre las instituciones. Entro aquí y me encuentro con estos grandes carteles de la exposición lo honran junto a los magistrados Falcone y Borsellino y me emociono. Siento el peso, la responsabilidad y también orgullo”
P: En su familia no es la primera en lanzarse a la política, sus hermanos han probado suerte en la izquierda estos años… ¿Cómo recibieron la noticia de que sería candidata con un partido de derechas?
R: “Ellos han sido de izquierdas siempre. Toda su vida. Pero sea mi hermano que mi hermana me han empujado a lanzarme a esta aventura que yo no habría hecho nunca si ellos no me hubiesen apoyado. Me han dicho: ‘Rita, hazlo porque es una experiencia que, llegados a un cierto punto de la vida uno tiene que hacer si, como tú, te has interesado siempre por temas sociales y políticos. No sé si seré capaz o no pero al menos estaré feliz de hacer algo por la gente. Lo más importante: espero no contaminarme de las dinámicas del poder”.
P: ¿Cómo fue la llamada de Berlusconi? Trabaja para él desde hace más de tres décadas…
R: “Me lo ha pedido ya en otras ocasiones y yo no había aceptado nunca. Él me dijo: ‘serás candidata en Apulia'. Es una tierra que amo profundamente, y entonces dije: es un momento tan crítico y tan difícil para nuestro país, que tengo que dar un paso adelante. Es mi obligación”.
P: Es un momento complejo a nivel nacional e internacional… ¿Le da miedo lo que puede encontrarse en esta legislatura?
R: “Esta es la peor época que vivimos desde la posguerra. Me lo dicen todos: te ha tocado la legislatura más compleja. Pero por ese motivo es más estimulante. Yo nací pocos años después de la guerra, pero he escuchado siempre hablar a mi padre, a mi abuelo de aquellos años… nunca pensé que tendría que vivirla después en mi vida, después de tantas décadas. Esta es una guerra mucho más agotadora, porque es una guerra política. No significa que, como nosotros no estamos en el frente, no estamos combatiendo. La estamos combatiendo económicamente de manera muy fuerte. Y sobre todo con el apoyo al país que ha sido agredido y que sentimos el deber de defender”
P: ¿Fuerza Italia tendrá que moderar la coalición de derechas con Hermanos de Italia como líder?
R: He elegido precisamente Fuerza Italia porque es el partido más moderado del arco constitucional. Es un partido que media, que es libre, porque Berlusconi es un hombre que tiene una cabeza libre, siempre la ha tenido y siempre ha sido un liberal en lo político. Yo también me defino así y añadiría: soy una independiente de derechas. En Fuerza Italia he encontrado mi casa y no era muy difícil después de haber vivido 38 años en Mediaset. Este partido era mi casa natural”.
P: Usted ha hablado a lo largo de su vida en muchas ocasiones sobre derechos civiles, ¿seguirá siendo su bandera en la política?
R: “Para mí son centrales los derechos civiles. La primera cosa que dije cuando me llamaron fue: yo hablaré de este tema. Forza Italia me dijo: ¿Por qué no podrías hacerlo? Yo cuando trabajaba en Mediaset hablaba continuamente de estos temas y nadie me ha dicho nunca que no lo podía decir. Continuaré al lado de quien tenga necesidad de apoyo psicológico porque se encuentra en una situación de dificultad, quien tenga que defender sus derechos civiles. Creo que la política no tiene que entrar en todo lo que tiene que ver con la esfera personal. Haré todo lo necesario para defender esta idea. Cada uno ama a quien quiere, cada uno tiene su religión y cada uno lleva con orgullo la piel que siente sobre su cuerpo”.
P: ¿Sobre Giorgia Meloni qué opina? ¿Es verdad que la conoce desde hace años?
R: “Sí, le tengo mucho aprecio. Giorgia se merece esta victoria. Ha hecho oposición sola, en contra de todos los que le echaban encima fango y violencia. Siempre la he defendido, también de la maldad inútil de otras mujeres. La he visto siempre como una mujer correcta y leal, que tiene el coraje de decir lo que piensa. ¿Defectos? Seguramente no compartidos ideas políticas sobre algunas cosas, pero reconozco que ella ha encontrado un modo propio para decir lo que piensa. Antes lo decía en modo muy folclórico, y ahora dice las cosas tranquilamente y de sólida”
P: ¿La gente qué le dice por la calle tras este gran salto a la política?
R: “¿Sabes? He hecho televisión durante tantos años. Sé que la gente me quiere mucho, he entrado en sus casas. Soy una mujer normal -se toca las arrugas-, como todas las demás, como quien me veía desde casa. La gente me considera como de su familia. La cosa que me da más orgullo es que se fían de mí y esa confianza no la quiero traicionar.