Harold Leroy Rahming, capitán del Ejército de Estados Unidos y médico destinado en Irak, se ha convertido en el protagonista de una noticia viral después de que se hayan difundido a través de las redes sociales las imágenes del momento en el que se reencuentra con su esposa, quien daba por imposible que estuviese presente en el día en que iba a dar a luz a su hijo; una sorpresa inolvidable, como la que un año atrás daba un militar español a su familia tras seis meses destinado en Turquía, viralizándose también las imágenes.
En el caso del estadounidense, había sido enviado a Irak en junio y su vuelta no se esperaba hasta, mínimo, octubre. Por eso, Cara Rahming, su mujer, había asumido con pesar que probablemente tendría que dar la bienvenida a su primer hijo sin su marido, máxime tras conocer que iban a tener que inducirle el parto, adelantándose la fecha prevista para su nacimiento porque los médicos detectaron que el ritmo cardiaco del bebé había comenzado a disminuir.
Con toda la esperanza perdida a ese respecto, sin embargo, Harold tenía un plan previsto incluso desde antes y había realizado todos los trámites necesarios para anticiparse al nacimiento del niño, y pese a las exigencias del Ejército estadounidense. Lo había planeado “durante semanas” para “sorprender a su esposa” y, “con la ayuda de familiares y amigos”, llegó justo a tiempo para darle la sorpresa en la habitación del hospital.
Pese a que el nacimiento del bebé se iba a producir cuatro días antes de lo esperado, todo salió bien. El centro médico Advocate Health Care, en Illinois, EEUU, compartió la noticia a través de Facebook, donde los usuarios comenzaron a compartir masivamente la historia y las imágenes.
Para el esperado instante, el militar estaba compinchado con el equipo médico. Fue justo cuando Cara Rahming salía de una habitación de descanso cuando, de pronto, se topaba con “múltiples enfermeras con sus teléfonos”, sin tener “ni idea” de que la estaban grabando. En ese instante, y sin tiempo para pensarlo, Harold apareció junto a ella.
“Entonces, a la zquierda, le vi con su uniforme militar. No hay palabras para expresar eso”, cuenta en declaraciones recogidas por People.
“No sabía que iba a volver a casa. Solo sabía que yo estaba en el hospital, me iban a inducir el parto y el bebé iba a nacer pronto. Había muchísimas emociones por procesar, pero sé que la emoción definitiva que sentí cuando le vi fue alegría”, ha señalado.
Ahora, tal como expresaba el hospital Advocate Health Care en su comunicado, tanto ellos como el bebé están “felices y sanos”, en casa.