Miles de personas han salido a las calles en Washington para protestar contra la prohibición del aborto en Estados Unidos. Las protestas han sido masivas en todo el país desde que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara el histórico fallo de 50 años que garantizaba el acceso al aborto en prácticamente todo el país, conocido como la doctrina Roe contra Wade.
Miles de personas han participado el sábado en concentraciones en varias ciudades contra la decisión del Tribunal Supremo en junio de eliminar la protección federal al derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Las marchas han servido también para instar a los electores a que voten a los demócratas en los comicios de mitad de mandato del próximo mes.
Ya entonces, en un discurso a la nación, el presidente de EEUU, Joe Biden tildó la jornada de "un día triste para el tribunal y para el país" pues el Supremo no ha limitado un derecho constitucional, sino que le ha quitado expresamente a la ciudadanía una facultad. "La decisión del Tribunal Supremo tendrá consecuencias reales e inmediatas", avisaba
"No lo ha limitado. Simplemente se lo ha quitado. Eso nunca se ha hecho con un derecho tan importante para tantos estadounidenses, pero lo han hecho", lamentaba el inquilino de la Casa Blanca, quien apuntaba que ya incluso durante su etapa como vicepresidente de Barack Obama tuvo en cuenta este caso a la hora de nominar jueces del Supremo.
En esta línea, Biden incidía en que la resolución había sido impulsada por tres de los jueces del Supremo que en su día fueron nombrados por el expresidente Donald Trump, con lo que la decisión estaba marcada por una "ideología extrema" y es la culminación de "un esfuerzo deliberado durante décadas" por "alterar el equilibrio" la legislación estadounidense. "Han sido tres jueces nombrados por el expresidente Donald Trump quienes han sido el núcleo de la decisión de hoy de cambiar la balanza de la justicia y eliminar un derecho fundamental de las mujeres en este país", aseveraba.
Asumiendo la resolución del Supremo, el presidente estadounidense garantizaba el derecho a las mujeres para viajar desde estados donde está prohibido el aborto hacia otros que sí lo permitan, a la par que aseguraba el acceso a los medicamentos necesarios para aquellas mujeres que lo precisen.
"Si algún funcionario estatal o local, alto o bajo, intenta interferir con una mujer que ejerce su derecho básico a viajar, haré todo lo que esté a mi alcance para luchar contra ese ataque profundamente antiestadounidense", añadía Biden, apuntando también que "al limitar el acceso a los medicamentos, la mortalidad materna aumentará en Estados Unidos".
Finalmente, el mandatario estadounidense advertía de que su Administración "utilizaría todos sus poderes legales" para restituir el derecho al aborto. A pesar de ello, no ha podido restablecerlo como una ley federal, porque la aritmética del órgano no es favorable a los demócratas, quienes no cuentan con los votos para hacer esto a día de hoy.