'Dahmer', la serie de Netflix que relata la historia de Jeffrey Dahmer, el asesino en serie de EEUU conocido como el Caníbal de Milwaukee, está dando mucho que hablar estos días al basarse en hechos reales. El criminal que acabó con la vida de 17 hombres y adolescentes entre 1978 y 1991 pudo ser detenido gracias a quien iba a ser su siguiente víctima, la número 18, Tracy Edwards.

Este hombre (que interpreta el actor Shaun J. Brown en la serie) pudo escapar del apartamento del despiadado individuo, tras cinco horas de auténtico terror, y alertar a las autoridades. Cuando esto ocurrió tenía 31 años. Posteriormente, fue clave en el juicio para lograr que el acusado entrara en prisión y fue considerado un héroe por la población. Pero nada volvió a ser lo mismo para él. Muchos se preguntan qué fue de su vida tras lo ocurrido.

La historia de Tracy Edwards no tomó buen rumbo, tristemente. Lo vivido con Jeffrey Dahmer, aquel intento de asesinato el 22 de julio de 1991en Milwaukee (Wisconsin), le marcó para siempre. "Destruyó su vida", de hecho, según ha apuntado recientemente su exabogado defensor, Paul Ksicinski. El letrado asegura que el joven "nunca pudo recomponerse" de aquel suceso. "Abusaba de las drogas y bebía alcohol en exceso. No tenía hogar, simplemente vagaba de un lugar a otro", ha precisado, en declaraciones a 'Fox News'.

Edwards entró en una espiral de problemas tras salvarse del Mostruo de Milwaukee: fue acusado de varios cargos policiales, robos, posesión de sustancias, daños a la propiedad y falta de pago en la manutención de familiares, entre otros delitos. Finalmente, en 2002 tuvo que empezar a vivir en la calle. "No sé qué podría haber hecho para volver a recomponer su vída, o cómo haberlo hecho. No era la misma persona. Su rostro parecía diferente, era como si ya no fuera él", ha agregado Ksicinski.

El joven nunca quiso buscar ayuda para vencer su trauma y dejar atrás lo que pasó en aquel apartamento. Edwards llamaba a Dahmer "el diablo". "Llegué a determinar que nunca buscó ningún tipo de tratamiento psicológico o psiquiátrico. En cambio, optó por automedicarse con alcohol y drogas. No entró en tratamiento porque eso conllevaba tener que recordar lo que sucedió", ha comentado en este sentido su exabogado.

Paul Ksicinski conoció a Tracy Edwards en 2011, después de que este fuera detenido por ser cómplice en el asesinato de un hombre y ayudar a arrojar el cadáver por un puente. Entre otros de sus antecedentes, había sido extraditado a su ciudad natal, Tupelo (Misisipi), tras ser acusado de agredir sexualmente a una menor de 14 años. Desde el terror que vivió no paró de enfrentar cargos.

No obstante, el letrado niega que Edwards fuera cómplice en el caso de asesinato de 2011: "Siempre asumimos la posición de que no había tirado a nadie. De hecho, era un amigo suyo. Todos eran vagabundos y, desafortunadamente, abusaban del alcohol. Las personas que lo habían visto realmente no tenían, en nuestro punto de vista, la mejor capacidad para determinar lo que había sucedido".

Ksicinski afirma que él "asumió la responsabilidad por las cosas que hizo en el pasado". Así, Edwards fue acusado de homicidio y se declaró culpable de ser cómplice. Fue condenado a un año y medio de prisión. Actualmente se desconoce cuál es su paradero, la última vez que se le vio fue en 2015. "Hubo un litigio civil que involucró a algunas de las familias de las víctimas y él nunca participó. Mi creencia personal es que no lo hizo porque tendría que recordar lo que pasó (con Dahmer). El trastorno de estrés postraumático es real. No se sabe por lo que ha pasado esa persona o cómo lo está enfrentando. Y podría ayudar saber eso antes de emitir un juicio", ha sentenciado el letrado.