El presidente ruso Vladimir Putin da un paso más en su desafío. Las alarmas han saltado en la OTAN tras la movilización por parte de Rusia del submarino Belgorod. Se cree que para probar el misil nuclear Poseidón, uno de los más mortíferos para la humanidad. Cada vez está más acorralado y la amenaza de ataque nuclear vuelve a estar en el punto de mira.
El mundo está de nuevo en vilo por una amenaza de ataque nuclear. Con problemas en el frente, con la mayor caída en dos décadas de su índice de popularidad y cercado internacionalmente, los expertos coinciden en que Putin está en apuros. "Es su momento más peligroso", apunta el analista y profesor estadounidense Charles Kupchan.
La cuestión es descubrir si el líder ruso, de verse contra las cuerdas, optará o no por echarse al monte. Esto es, apostar por el ataque nuclear que ya le piden sus aliados más agresivos.
Putin es el gobernante con más armas nucleares a su disposición. Cuenta con entre 4 500 y 6 000 ojivas, según distintas fuentes. La estrategia para el empleo de este material sería “escalar para desescalar", es decir, prevé una gradación: el primer paso es la demostración, contra zonas despobladas, para hacer ver que la cosa va en serio; el segundo, la intimidación; y el tercero, directamente, la represalia.
La doctrina rusa, además, permite responder con material nuclear a cualquier ataque a suelo ruso, con misiles balísticos o nucleares. Putin puede activar el botón nuclear en caso de agresión contra infraestructuras críticas o el Gobierno o ante cualquier iniciativa que ponga en peligro el Estado, aunque en teoría no lo controla en solitario, sino que depende también de su jefe del Estado mayor y el ministro de Defensa.
Los expertos admiten que nadie sabe a dónde va esto o si Putin va o no de farol. Solo él tiene la respuesta.