El Gobierno ucraniano ha denunciado un nuevo ataque ruso contra un convoy de evacuación humanitario en la localidad de Kupiansk, región de Járkov (en el noreste del país), que se ha saldado al menos con 24 muertos. Entre ellos hay 13 niños y una embarazada. Por otra parte, Kiev ha acusado a Moscú de detener al director de la planta nuclear de Zaporoyia, Ihor Murashov.
El gobernador ucraniano de la región, Oleg Sinegubov, ha asegurado que "ocupantes rusos atacaron a civiles que intentaban escapar de los bombardeos". "Esta es una brutalidad que no tiene justificación", ha hecho saber en su canal de Telegram.
Al lugar se desplazaron agentes del orden y peritos para investigar el alcance exacto del bombardeo. Sinegubov ha indicado que los ocupantes dispararon a quemarropa contra los ciudadanos que huían de los bombardeos.
Esta denuncia tiene lugar 24 horas después de que Ucrania y Rusia se enzarzaran en un cruce de acusaciones sobre un ataque contra un "convoy humanitario" en la región de Zaporiyia que ha dejado al menos 30 muertos y 118 heridos, según el último balance dado a conocer este sábado por el alcalde de Melitopol, Ivan Fedorov.
Kupiansk, en principio, fue liberada por las fuerzas ucranianas a principios del mes pasado durante su gran ofensiva en el este del país, aunque todavía era escenario de combates.