El balance de muertos en el ataque armado en una escuela en la localidad rusa de Izhevsk, ubicada en la región de Udmurtia (centro), ha ascendido a 17, según han confirmado las autoridades, que han detallado que entre las víctimas mortales hay 11 menores de edad y seis adultos. Además hay 24 heridos, 22 de ellos menores de edad.
"Según el Comité de Investigación de Rusia --la Policía federal rusa--, 17 personas murieron, incluidos 11 niños y seis adultos", ha indicado el Comité a los periodistas, según han recogido los medios rusos.
El atacante ha sido identificado como Artem Kazantsev, un exalumno de 34 años que llevaba un verdugo, vestimenta negra y simbología nazi sobre ella, según medios rusos. Kazantsev mató a un guardia de seguridad para infiltrarse en el Colegio Número 88 de Izhevsk y se suicidó tras perpetrar el ataque. En el centro estudiaban 982 alumnos y trabajaban 80 profesores.
Las autoridades rusas han abierto una investigación y ha recalcado que "las acciones de todas las personas implicadas serán analizadas desde el punto de vista legal". Previamente, el organismo había señalado que dos guardias de seguridad habían muerto a manos del atacante, que irrumpió luego en el centro y posteriormente se suicidó.
El gobernador de la región, Alexander Brechalov, ha hablado de "tragedia" y ha anunciado la declaración de tres días de luto --hasta el 29 de septiembre-- en Udmurtia a causa del suceso. Además, ha facilitado dos números de teléfono para "apoyo psicológico" a familiares y amigos de las víctimas.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha apuntado que el responsable del ataque "aparentemente pertenece a una organización o grupo neofascista" y ha manifestado que el presidente del país, Vladimir Putin, traslada sus condolencias a los familiares de las víctimas de este "acto terrorista".
El Comité de Investigación de Rusia ha incidido en que "la personalidad del atacante, sus opiniones y su entorno están siendo estudiados". "Su adhesión a opiniones neofascistas y a la ideología nazi está siendo analizada", ha zanjado.
Más tarde, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha reconocido sentirse "profundamente entristecido" por lo ocurrido y ha trasladado su condena "enérgica" contra este tipo de actos de violencia, según una declaración de su portavoz adjunto, Farhan Haq.