Tensión EEUU-Rusia: Lavrov se ausenta del Consejo de Seguridad durante la intervención de Blinken
El penúltimo asalto de esta lucha se dio ayer el ring del Consejo de Seguridad, sin que se atisbe aún el fin del conflicto
A pesar de la ausencia de Putin, su sombra ha sobrevolado cada una de las jornadas de la Asamblea de la ONU
En mitad de un ambiente de máxima tensión por las últimas y amenazantes declaraciones del presidente de Rusia, Vladimir Putin, hacia la seguridad de la comunidad internacional, el responsable ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, fue el encargado ayer de dar la cara por su país ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que se reunió para discutir la situación en Ucrania. Y lo hizo justificando su postura por la opresión que Kiev ha ejercido sobre los ciudadanos de habla rusa, en el este de Ucrania, y el apoyo de occidente al respecto.
Su intervención, no obstante, fue casi testimonial, ya que Lavrov llegó al Consejo para dar su propio discurso y se ausentó cuando llegó el turno de palabra de Antony Blinken, secretario de estado de los Estados Unidos, y el otros países aliados. Algo que enrareció aún más el ambiente de un foro en el que Putin ha evitado estar presente. Sin embargo, su sombra ha sobrevolado cada una de las jornadas de la Asamblea de Naciones Unidas, especialmente tras sus recientes advertencias a la comunidad internacional acerca de un posible uso de su arsenal nuclear, la movilización de 300.000 efectivos más y la realización de referéndums en las zonas ocupadas de Ucrania.
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Condena
Pero está por ver que las condenas y el aislamiento que Rusia está recibiendo, tanto en el transcurso de la reunión del Consejo de Seguridad como en el resto de los encuentros mantenidos en Naciones Unidas, a lo largo de estos días, sirva para amedrentar a un Putin que ya ha iniciado una huída hacia delante. Y todo ello a pesar de que India y China, países amigos de Rusia, ya han dejado entrever sus primeras críticas hacia la actitud de Putin y Turquía, país mediador, se ha posicionado recientemente en contra.
La realidad es que la unanimidad en la repulsa a la invasión de Ucrania por parte de Rusia en los discursos, en el ambiente que se respira en los pasillos y en las múltiples reuniones bilaterales que se mantienen de forma simultánea, solo ha servido para incrementar la presión sobre Putin. Algo que si bien hace crecer el peso de la losa que se cierne sobre el Kremlin, el penúltimo asalto en esta lucha que se dio ayer en el ring del Consejo de Seguridad no dejó atisbar aún el fin del conflicto.
Llegada accidentada
Hasta la llegada de Lavrov, el pasado miércoles a Nueva York, fue complicada. Se produjo tras un viaje de 12 horas debido a la imposibilidad de atravesar el espacio aéreo de los países de la Unión Europea y otros no comunitarios, como el Reino Unido, Noruega, Suiza, Canadá y Estados Unidos. La visita de la delegación moscovita sufrió ademas retrasos en la obtención de sus visas de entrada a Estados Unidos, debido a las sanciones establecidas contra la industria aeronáutica rusa.
El responsable de exteriores ruso, que al poco de llegar a suelo estadounidense entregó a su homólogo de Venezuela, Carlos Faría, la Orden de la Amistad, en un gesto de reconocimiento a un país amigo, comenzó ayer con su plan de reunirse a lo largo de estos días tanto con el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres como con otros 20 líderes políticos y responsables de Relaciones Exteriores de otros países.
"Me gustaría cumplir con el honorable deber y, de acuerdo con el decreto del presidente de la Federación Rusa, otorgarle la Orden de la Amistad por su especial contribución al desarrollo de las relaciones entre nuestros países", dijo Lavrov en Twitter, resaltando la excelente conexión que hay entre Venezuela y Rusia, en contraposición con el deteriorado trato diplomático con el bloque occidental.
Derecho de veto
No obstante, la participación más importante de Lavrov de cara a la rendición de cuentas ante la comunidad internacional, fue la que mantuvo ayer en el Consejo de Seguridad. Esta tuvo lugar en un organismo que todavía no ha podido tomar ninguna medida significativa sobre Ucrania, debido a que Rusia es un miembro permanente y posee derecho de veto, al igual que Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y China. De hecho, el Consejo ya se ha reunido en otras veinte ocasiones, a lo largo de este año, para debatir sobre la invasión de Ucrania.
Rusia está acusada por Estados Unidos, Ucrania y otros países de cometer crímenes de guerra tras su invasión del país ucraniano. Aunque el Kremlin niega haber atacado a civiles y describe las acusaciones de abusos contra los derechos humanos como una campaña de difamación, a Putin le llueven las denuncias por haber “violado descaradamente los principios básicos” de la carta de las Naciones Unidas con su “guerra brutal e innecesaria” en Ucrania. Así lo especificó el presidente estadounidense, Joe Biden, ante su reciente participación en la Asamblea General de la ONU.
Crímenes de guerra
“Se ha cometido un crimen contra Ucrania y exigimos un castigo justo”, señaló también el miércoles el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en una esperada participación en remoto en la Asamblea. “El crimen se cometió contra la vida de nuestro pueblo. El crimen se cometió contra la dignidad de nuestras mujeres y hombres”, añadió. Según unas declaraciones realizadas el mes pasado a Reuters por el fiscal jefe de crímenes de guerra de Ucrania, su oficina está investigando casi 26.000 casos de presuntos crímenes de guerra cometidos desde la invasión de Rusia el 24 de febrero, por la que están acusadas ya 135 personas.