El NO a la guerra y el miedo al frente cobra fuerza en Rusia. Se multiplican las protestas y muchos salen del país, o lo intentan, para evitar ser reclutados y enviados a la guerra de Ucrania. Y en medio del éxodo, hemos visto a los primeros rusos llamados a filas, la mayoría en localidades remotas.
Últimos abrazos antes de subirse a un autobús en la región de Yakutia, en el este de Rusia. Los hombres se despiden de sus parejas y sus hijos para comenzar un largo viaje con destino a la guerra de Ucrania. El sonido de una trompeta intenta amenizar sin demasiado éxito la partida de estos otros reservistas.
Son los primeros reclutamientos tras el anuncio de movilización realizado por el Kremlin. Llamamiento del que huyen miles de rusos, formando enormes colas de noche y de día en los distintos pasos fronterizos del país.
Otros escapan al extranjero en avión, como demuestran los datos de los vuelos internacionales con salida de Moscú en las últimas horas. Tras aterrizar en Belgrado, Misha reconoce que no sabe si regresará a Rusia. En el aeropuerto de Estambul, Alex admite que -como muchos de sus compatriotas- no están dispuesto a ir a combatir.
La protesta del "No a la guerra" en casi cuarenta ciudades rusas terminaba con más de mil trescientos detenidos. En comisaría, algunos han recibido la orden para presentarse en la oficina de reclutamiento.