El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha anunciado la movilización parcial de las tropas para combatir en Ucrania, lo que ha provocado que muchos rusos intenten huir del país y otros se manifiesten en contra de la medida. Pero, ¿pueden negarse los rusos a ir a la guerra? ¿Qué les pasará a aquellos que se nieguen?
Rusia, en principio, está llamando a filas a 300.000 reservistas. Según palabras de Vladimir Putin son “especialmente aquellos que han servido en las fuerzas armadas, que tienen ciertas profesiones militares y experiencia relevante”. Y según su ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, serán personas con “experiencia militar previa”.
En cualquier caso, si un ciudadano ruso es llamado a sumarse a combatir en la guerra de Ucrania no puede negarse. Si lo hace se enfrenta a pena de cárcel. El Parlamento ruso ya ha aprobado una serie de enmiendas al Código Penal para endurecer las penas de cárcel por actos cometidos en periodo de guerra, incluida la rendición, la deserción y los saqueos.
La pena de cárcel establecida por la Duma es de hasta diez años para los soldados acusados de rendición y deserción sin justificación, en caso de movilización o ley marcial. El incumplimiento de órdenes directas de un superior para participar en acciones militares o de combate también pueden ser castigadas con hasta diez años de prisión.
A priori se supone que el Kremlin solo llamará a filas a quienes tengan experiencia militar y tengan menos de 50 años. “Por motivos de salud” se librarán los reservistas con más de 50 años, según ha explicado Andrei Gurulev, miembro del Comité de Defensa de la Duma.
También se librarán de ser llamados a la movilización militar los jóvenes de más de 18 años que esté cursando estudios universitarios y formación profesional. Serguéi Shoigú ha afirmado que no se trata de movilizar a “gente que nunca haya visto o escuchado nada acerca del Ejército. Los estudiantes pueden seguir yendo a clase”.