El féretro de Isabel II salía con puntualidad británica del que fue siempre su hogar. Abandonaba el Palacio de Buckingham en Londres trasladado en un armón de artillería tirado por 6 caballos. Restos mortales cubiertos con el estandarte real para Inglaterra y la Corona imperial para la reina más longeva. Arrancaba el cortejo fúnebre con la familia real detrás. 1.800 metros a recorrer en 40 minutos. Avanzando 45 metros por minuto.
Enormes banderas en el recorrido y miles de personas queriendo dar el último adiós a su reina. Británicos de todas las edades, público de todas las nacionalidades despidiendo a la reina que reinó 70 años. Solemne procesión fúnebre seguida a hombros, con móvil en mano y hasta con bebés en brazos.
Muchos eligieron la enorme pantalla en Hyde Park para seguir el último paseo de la Reina. "Nunca olvidaré la imagen de la gente viendo el féretro", comenta emocionado uno de los asistentes. "Es muy triste ver con mis ojos pasar sus restos mortales no era capaz de despedirme de ella". Lo dice una mujer entre lágrimas, pero es la opinión de muchos. Reinó el silencio sepulcral, solo roto por la música fúnebre y a ratos aplausos. Ojos llorosos y mucha incredulidad por haber perdido a quien parecía una reina inmortal.
Su Majestad fue llevada por un carro de armas, una tradición que se remonta a la muerte de su bisabuela, la reina Victoria, en 1901, mientras sus hijos, nietos y otros miembros de la realeza marchaban detrás.
Cientos de miles de personas se alinearon en la ruta, pero hubo una reverencia silenciosa cuando apareció el ataúd. Hubo algunos vítores, aplausos y gritos de Dios Salve a la Reina, así como muchas lágrimas derramadas cuando la difunta monarca dejó su hogar en Londres por última vez.
La procesión salió del palacio a las 14:22 y se espera que llegue a Westminster Hall a las 15:00. El arzobispo de Canterbury, acompañado por el deán de Westminster, presidirá un servicio de unos 20 minutos.
La princesa Ana, vestida de militar, que ha permanecido con su madre desde que murió el jueves pasado, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo también siguieron el ataúd en el viaje de 1,2 millas hasta Westminster Hall, el antiguo corazón de las Casas del Parlamento donde hasta 1 millón de británicos esperan ver el féretro. Reina yaciendo allí como lo hicieron su padre y su madre en 1952 y 2002.
La reina consorte Camilla, la princesa de Gales, la duquesa de Sussex y la condesa de Wessex seguidas en automóvil. Zara y Mike Tindall. También participan la princesa Beatriz, su esposo Eduardo Mapelli Mozzi, la princesa Eugenia y su esposo Jack Brooksbank. Pero la ex esposa de Andrew, Sarah Ferguson, no recibió una invitación debido a su divorcio.
La ocasión tiene un gran significado histórico, ya que los hermanos, el príncipe William y el príncipe Harry, dejaron de lado su enemistad en curso para apoyar a su padre marchando con él detrás del ataúd. Para William y Harry traerá recuerdos dolorosos de cuando ellos, de 15 y 12 años, caminaron detrás del ataúd de su madre, la princesa Diana, en 1997.
Así, con la marcha fúnebre de fondo, encabezaban los cuatro hermanos el cortejo mortuorio. Y allí, tras el féretro de la Reina, vemos al Rey Carlos, a la Princesa Ana y al príncipe Eduardo vestidos de uniforme militar. El príncipe Andrés destaca por su chaqué. La razón se debe a que el príncipe fue despojado de sus títulos militares por verse implicado en un escándalo sexual con una menor.
Él y su sobrino Enrique son los únicos que sirvieron en conflicto armado y los únicos vestidos de traje. En el caso del príncipe Enrique, después de renunciar voluntariamente a sus tareas reales, un asunto que provocó un cisma con el resto de familia real. Pero tras su reciente reconciliación los dos hijos del Rey Carlos han caminado con paso firme y juntos. Después se han reunido con las mujeres de familia en el Parlamento. Todas de riguroso negro y tocado a juego y algunas, como Meghan Markle haciendo guiños a la reina con sus pendientes. La familia real unida al completo para despedir a la reina.