La reina Isabel II mantuvo una de sus últimas conversaciones antes de morir con su entrenador de caballos. La monarca habló largo y tendido con Clive Cox, responsable de varios de los 50 caballos de carreras de la reina, el pasado martes.
Una hora antes de que el exprimer ministro, Boris Johnson, llegara a la finca de Balmoral para renunciar y entregar el cargo a Liz Truss, la reina mantuvo una conversación con Clive Cox el 6 de septiembre.
Isabel II le comentó al responsable de caballos que estaba muy ocupada, pero aun así le dedicó unos minutos para charlar sobre sus caballos de carrera: "Hablamos sobre la potra, cómo podría resultar la carrera, cómo le iba a otro caballo suyo en mi establo y sobre un par de cosas más", ha confirmado Clive.
El hombre ha asegurado que esas conversaciones fueron "el mayor privilegio de su vida". Clive también ha hablado sobre el gusto de la reina por los caballos de carreras: "Ella amaba el caballo y amaba el césped y acabamos de perder a alguien que nunca podrá ser reemplazado", ha lamentado.
John Warren, su asesor de carreras, también confirmó hace tiempo ese amor de la reina por los caballos: "Si la Reina no fuera la Reina, habría sido una entrenadora maravillosa. Tiene tanta afinidad con sus caballos y es tan perspicaz", aseguraba.
Tras la muerte de Isabel II, se presupone que Carlos III heredará los establos de la reina y la propiedad de Royal Ascot, aunque seguramente sea la reina consorte Camilla la que asumirá el patrocinio de este deporte.