Camila Parker-Bowles, de amante odiada a reina consorte de Inglaterra reconciliada con el pueblo
La esposa de Carlos III ejercerá como reina consorte, tal y como deseaba Isabel II
Camila Parker-Bowles ha recorrido un tortuoso camino hasta llegar a ganarse a la opinión pública
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La propia Isabel II despejó el futuro de su nuera el pasado febrero, al cumplirse siete décadas de su reinado. "Es mi sincero deseo que, cuando llegue el momento, Camila sea conocida como reina consorte mientras continúa su propio y leal servicio", anunció. Fue su bendición final. La esposa de Carlos de Inglaterra, Camila Parker Bowles (75 años), duquesa de Cornualles hasta ahora, ha recorrido un largo y tortuoso camino personal y público desde que inició su relación con el hijo de la monarca hasta convertirse en reina consorte de Inglaterra tras la muerte de Isabel II.
“No fue fácil. Fui escrutada durante tanto tiempo que tuve que encontrar una manera de vivir con ello. Nadie disfruta sintiéndose observado y criticado…”, confesó ella en una entrevista concedida a la revista Vogue el pasado junio. "Pero creo que, al final, logré superarlo y salir adelante. Debes seguir viviendo tu vida", añadió entonces.
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Su proceso de redención ante la opinión pública ha necesitado tiempo. Camila tuvo que lidiar con su inicial impopularidad y la alargada sombra de Diana de Gales, la princesa del pueblo, en el corazón de los británicos. "Éramos tres en mi matrimonio", confesó una afligida Diana en la explosiva entrevista que concedió a la BBC en 1995 y en la que confirmó la infidelidad de su marido.
El príncipe Carlos había contraído matrimonio con Diana -en 1981- enamorado de Camila, quien a su vez también estaba casada. Se habían conocido mucho tiempo atrás, en 1970, durante un partido de polo. Ella era entonces Camila Shand, procedía de una familia aristocrática y tenía 23 años. Él, 21. En su primer encuentro, ella le recordó a él que su tatarabuelo el rey Eduardo VII había sido amante de su bisabuela Alice Keppel. Iniciaron su romance, pero Camila acabó casándose con su novio militar, Andrew Parker Bowles, con quien tuvo dos hijos, Thomas (1974) y Laura (1978).
La amistad entre Camila y el hijo de la reina continuó y se fortaleció. Más tarde, tras el matrimonio de él con Diana, la tormentosa relación extramatrimonial se convirtió en un escándalo que nutrió durante mucho tiempo a los tabloides británicos, con filtraciones de audios sexuales incluidas. El príncipe Carlos y Diana anunciaron su separación en 1992 y se divorciaron en 1996. En 1994, Carlos había reconocido haber cometido adulterio con Camila, aunque aseguró que fue después de que su matrimonio con Diana "se rompiera irremediablemente". En el fallido cuento de princesas, Parker-Bowles se convirtió ante la opinión pública en una controvertida figura causante de la ruptura. Ella se separó de su marido en 1995, tras 22 años de matrimonio.
Tras la muerte de la princesa Diana en 1997, a la pareja se la empezó a ver en público dos años después. Mantuvieron su relación de forma discreta hasta que se casaron en una ceremonia civil el 9 de abril de 2005. Ella tenía 57 años y él 56.
La 'rendención' de Camila
La duquesa de Cornualles (nacida como Camila Rosemary Shand el 17 de julio de 1947 en Londres) fue ganando terreno poco a poco. "Busca siempre, permanece atento, di poco, haz más y cumple con tu trabajo", dijo recientemente en un discurso.
En los últimos tiempos, ha sido elogiada por apoyar sus propias causas, ha informado la BBC. Entre ellas, el respaldo a ceremonias benéficas de alfabetización, bienestar animal y organizaciones que apoyo a víctimas de abuso doméstico. También se ha pronunciado públicamente sobre la violencia contra las mujeres. En un discurso en Londres, el año pasado, pidió que los hombres estén "a bordo" para hacer frente a una cultura de violencia sexual. Amante de la lectura, ha hablado de la importancia de los libros para los niños. Durante la pandemia creó un club de lectura en Instagram.
En una entrevista en 2020, mostró su lado más personal al contar que había disfrutado de no tener que arreglarse durante el confinamiento y habló también de que "lo peor" fue no poder ver a sus nietos y que solo quería "correr a abrazarlos", informó la cadena BBC.
Comentaristas reales británicos afirman que con ella a su lado su esposo, ya Carlos III, parece siempre más relajado. Por delante, un nuevo capítulo de la historia.