La reina Isabel II del Reino Unido ha muerto en la tarde de este jueves en el Castillo de Balmoral, en Escocia, a los 96 años de edad. Así lo ha confirmado la Casa Real británica a través de las redes sociales. La monarca ha fallecido rodeada de su familia y seres queridos, "pacíficamente", en la residencia donde había pasado sus vacaciones de verano.
Tras su fallecimiento, las autoridades llevarán a cabo un protocolo establecido desde hace mucho tiempo, con una serie de eventos que conducirán a su funeral: al haberse producido su muerte en territorio escocés, se denomina 'Operation Unicorn', mientras que si hubiera sido en Inglaterra, 'Operation London Bridge', aunque este se ejecutará igualmente en paralelo al primero.
La 'Operation Unicorn' implica la suspensión inmediata de las sesiones parlamentarias en Westminster, el Parlamento escocés, el Senedd galés y la Asamblea de Irlanda del Norte, para que las autoridades puedan prepararse para un funeral de estado. Es de esperar que al haber fallecido la monarca al norte de la frontera, cientos de miles de personas de todo el mundo puedan acudir a la región.
El cuerpo de la monarca, según este protocolo, será transportado desde Aberdeen a Edimburgo en un tren especial con miembros de las Fuerzas Armadas y los servicios de emergencia en cada plataforma en el camino. Ya en la capital de Escocia, el palacio de Holyroodhouse acogerá el féretro de la reina y al día siguiente se celebrará una misa en la Catedral de St. Giles, todo en la Royal Mile de la localidad.
Luego, el ataúd se colocará en el Royal Train ,en la estación de Waverley, y comenzará un viaje en tren por la línea principal de la costa este, que terminará en Londres. No obstante, también se baraja la posibilidad de un tren ordinario, se analizan las medidas de seguridad.
Se llevará a cabo un período de luto de 10 días, incluido el día del funeral de la Reina. La 'Operation Unicorn' terminará cuando la reina deja Escocia por última vez. Se cree que ha habido unas tres reuniones al año, en las que participan miembros del gobierno, la policía y las emisoras, para elaborar estrategias sobre el caso de la muerte de la Reina.
'Operation London Bridge' es el nombre que recibe el principal plan para la muerte de la reina Isabel II en Inglaterra. No obstante, este se ejecutará en paralelo con la 'Operation Unicorn', tras la muerte de la monarca en Escocia. Envuelto durante mucho tiempo en misterio, el documento establece los detalles de lo que sucederá en los 10 días entre la muerte de la monarca y su funeral de estado.
Este protocolo establece que en las horas posteriores a la trágica noticia, conocida internamente como 'D-Day', habrá una "llamada en cascada" para informar a la primera ministra, a los altos funcionarios y a los jefes de los países de la Commonwealth, usando la clave “London Bridge is down”, mientras que la Casa Real emitirá, como ya ha hecho, una notificación oficial al público. Tras el anuncio de la muerte, todas las banderas gubernamentales ondearán a media asta durante 10 minutos.
Asimismo, se espera que el sucesor de la Reina, el príncipe Carlos, se dirija a Inglaterra al día siguiente del fallecimiento. Se abrirán libros de condolencias en todo el país, se realizarán actos de homenaje y se llevará a cabo un servicio de conmemoración en la Catedral de Saint Paul's. Su ataúd será llevado al Salón del Trono en el Palacio de Buckingham y, cinco días después de la muerte, será trasladado a Westminster Hall. Posteriormente, permanecerá en el estado durante tres días.
El funeral de estado se llevará a cabo en la Abadía de Westminster 10 días después de la muerte de la reina, después de lo cual su cuerpo será enterrado en una tumba preparada en la Capilla Conmemorativa del rey Jorge VI en la Capilla de San Jorge, Castillo de Windsor, junto al príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. El día del funeral será declarado Día de luto nacional y se llevará a cabo un período de dos minutos de silencio en todo el Reino Unido al mediodía.