Todo el Reino Unido está en estos momentos pendiente de la situación de la reina Isabel II, que se encuentra en el castillo de Balmoral, en Escocia, siendo supervisada desde esta mañana por los médicos. Hasta allí se han desplazado el príncipe Carlos, Camila y el príncipe Guillermo, su nieto.
También están viajando hasta tierras escocesas el príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle. La última vez que vimos a la monarca fue en ese mismo castillo hace un par de días cuando recibía a la actual primera ministra británica, Liz Truss, y a su antecesor en el cargo, Boris Johnson. Ese ha sido hasta ahora el último acto oficial de Isabel II.
En ningún momento se ha indicado que hayan tenido que trasladar a la reina a un hospital, aunque bien es cierto que el palacio de Buckingham siempre ha sido muy privado en lo que respecta a las cuestiones de salud de la familia real. Tan solo el hecho de que hayan emitido un comunicado ya deja ver la gravedad de la situación.
También es alarmante que se hayan pronunciado Truss, el líder de la oposición, el arzobispo de Canterbury y, hace unos minutos, el presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle.
"Sé que hablo en nombre de toda la Cámara cuando digo que enviamos nuestros mejores deseos a su majestad la reina, y que tanto ella como la familia real están en nuestros pensamientos y en nuestras oraciones en estos momentos", ha señalado Hoyle desde el palacio de Westminster.