Jermaine Lavanda Bass, de 30 años, ha sido acusado de asesinato en primer grado e intento de asesinato en primer grado, además de abuso infantil tras haber disparado a sus dos hijos menores de edad en su casa de Florida.
La madre de los niños les acostó, dándoles un beso de buenas noches a lo que acto seguido Bass les disparó. La niña de 5 años no sobrevivió a la herida de bala en la cabeza, mientras que el niño de 8 años se encuentra en estado crítico en el Hospital General de Tampa.
Cuando las autoridades acudieron al domicilio del suceso, Bass afirmó que había disparado accidentalmente a sus hijos en repetidas ocasiones mientras estaban acostados en la cama, según han afirmado desde el Departamento del Sheriff del condado de Hillsborough, recoge Daily Mail.
La madre de los niños después de darles las buenas noches fue al baño, desde donde oyó varios disparos. Al principio pensó que eran en la calle, pero luego se dio cuenta que los disparos se estaban produciendo en su casa. La mujer salió a la calle a pedir ayuda y Bass salió poco después con su hijo sangrando en sus brazos.
Según el sheriff, el presunto asesino chillaba: “Pide ayuda, pide ayuda, pide ayuda”
En el momento en el que llegaron los agentes, Bass se encontraba acunado a su hijo y les dijo a los policías “no sé cómo se disparó el arma, accidentalmente disparé a mi hijo”. Tras llevarse la ambulancia al niño, los agentes le preguntaron si había alguien más en la casa, a lo que respondió que estaba su “hija durmiendo en la habitación de arriba”
Cuando los policías llegaron a la habitación encontraron a la pequeña de 5 años sobre un charco de su propia sangre y con varias heridas de bala en la cabeza, como también tenía el niño.
Chronister, la madre de los niños, pide que su esposo “sienta todo el peso del sistema judicial y nunca vea la luz del día donde pueda dañar a otro ser humano”