Este 31 de agosto se cumplen 25 años de la muerte de Lady Di, una mujer que tras su divorcio del Príncipe Carlos de Inglaterra en 1996, estaba empezando a vivir su vida como le daba la gana. La princesa del pueblo parecía feliz y eso cuentan hoy quienes la conocían cuando murió junto a su novio, Dodi Al Fayed en un fatal accidente de tráfico en París en agosto de 1997.
El último verano de Lady Di ya era una mujer divorciada y había tomado las riendas de su vida, lejos de la familia real británica. En la negociación de su divorcio le pidió a la reina Isabel II ser embajadora de buena voluntad de Reino Unido pero se lo negó.
Sin embargo, Diana de Gales no estaba dispuesta a que le siguieran diciendo que podía y que no podía hacer con su vida y se implicó en causas hasta entonces poco consideradas como la lucha contra el sida o las minas antipersonas. Así se fue a Angola, un país con 12 millones de minas antipersonas tras 25 años de guerra civil. En ese viaje, Lady DI caminó por un campo minado que la organización Halo Trust había limpiado parcialmente, arriesgando su vida. Los medios gráficos no captaron la imagen y le pidieron que volviera a hacerlo. Lo hizo.
Es fácil de imaginar cómo sentó en Buckingham ese viaje a Angola. Sin embargo, ella tenía claro lo que quería y según cuenta su amigo Roberto Devorik a El País iba “a hablar con el Foreign Office para discutir su papel dentro de la diplomacia. No quería terminar como una princesa dedicada a besar bebés y cortar cintas o, mucho peor, como una princesa en el exilio, cruzada de brazos”.
La princesa de Gales comenzó a organizar una gira mundial a otros países con campos minados como Vietnam, Camboya y Kuwait. Acabar con las minas antipersonas o la lucha contra el sida fueron las grandes causas a las que dedicó su último año de vida.
Diana de Gales estuvo en Estados Unidos aquel año. Allí subastó 79 de sus trajes de noche en Christie’s y recaudó unos tres millones de dólares, el doble de lo esperado. Destinó todo el dinero a la lucha contra enfermedades como el cáncer y el sida.
Ese verano la princesa del pueblo fue portada de la edición norteamericana de Vanity Fair, fotagrofiada por Mario Testino. No fue eso lo único que hizo al otro lado del Atlántico ese último verano. Estuvo en Nueva York visitando a la madre Teresa de Calcuta, con la que paseó por el Bronx. Después fue a Washington para encontrarse con Hillary Clinton, entonces Primera Dama de los Estados Unidos, en la Casa Blanca.
El último verano Lady Di lo pasó con sus hijos, Enrique y Harry, y su novio Dodi Al Fayed, entre la Costa Azul y París. En mitad de sus vacaciones, el 22 de julio de 1997 tuvo que hacer un alto en su descanso estival para asistir a la muerte del diseñador Gianni Versace, asesinado a las puertas de su casa de Miami.
La princesa y el diseñador estaban muy unidos. En la ceremonia, Diana de Gales se sentó junto a Elton John, que conmovió a todos al interpretar ‘Candle in the Wind’ semanas después en el funeral de Lady Di.
A finales de agosto, Diana estaba pasando unos días de nuevo con Dodi Al Fayed en Cerdeña. Un reportero gráfico logró la foto de los 450.000 euros, la que confirmó la relación de la pareja con un beso a bordo del yate del empresario.
Aunque tras la muerte de Diana se rumoreó que la pareja iba a casarse, su amiga Rosa Monckton reveló, años después de su muerte, que la princesa estaba pasando el verano con Dodi Al Fayed para darle celos a su verdadero amor, el cardiólogo pakistaní Hasnat Khan, con quien tenía una relación intermitente desde hacía dos años y al que la prensa había conseguido asustar.
Diana de Gales iba a regresar a Londres para asistir a un estreno con sus hijos. Sin embargo, una entrevista que había dado en una televisión gala días antes había causado tremendo revuelo en Londres y decidió alargar su estancia en la ciudad del Sena.
En la entrevista la princesa del pueblo se pronunció políticamente –algo que nunca jamás ha hecho la corona británica- a favor del nuevo gobierno entrante que iba a encabezar Tony Blair, al ser cuestionada sobre las minas antipersonas. Ella había emprendido una lucha para acabar con estas armas, que Reino Unido fabricaba y exportaba. Algunos apuntan que su implicación con las minas antipersonas influyó en los resultados electorales que sacaron de Downing Street a John Major.
La trágica noche del 30 de agosto de 1997, Dodi Al Fayed y la princesa Diana decidieron, tras cenar en el hotel Ritz irse a la masión de la familia de su pareja en París.
La pareja se montó en un mercedes rumbo a casa de los Al Fayed pero no llegaron. No consiguieron despistar a los paparazzi que los seguían desde esa tarde y su coche se estrelló contra una columna del Puente del Alma.
El chófer, Henri Paul, y Dodi murieron en el acto, mientras que la princesa fallecería dos horas después en el hospital La Pitié-Salpetrière. Solo sobrevivió Trevor Rees-Jones, su guardaespaldas.
A día de hoy, todos en la familia real británica, para quien la princesa de Gales se había convertido en un problema por sus actividades, declaraciones y porque se había ganado el afecto de los británicos, sobre todo tras el divorcio, ven ella un espejo en el que mirarse. 25 años después de su muerte la memoria de Lady Di sigue muy presente entre los ingleses.