El futbolista Giovanni Padovani, de 27 años, acusado de asesinar a brutalmente a su expareja, Alessandra Matteuzzi, se encuentra en prisión provisional por el crimen, aunque no habría prestado declaración ante el juez por recomendación de su abogado. El caso ha conmocionado al mundo del fútbol y a Italia. Al parecer, el defensa habría estado esperando dos horas a que llegase su víctima al apartamento antes de golpearla con un martillo hasta la muerte.
El 1 de agosto, Alessandra Matteuzzi denunció a Giovanni Padovani por acoso. La mujer, de 56 años, había decidido romper con la relación y el jugador no paraba de llamarle y enviarle mensajes.
Algunos vecinos fueron testigos del nivel de violencia que había en la pareja, recordando episodios de peleas a gritos en el apartamento. Además, en una ocasión, el deportista había "saboteado el automóvil" de su exnovia y en otras oportunidades lo vieron trepar por el balcón para entrar al domicilio cuando ella había cerrado la puerta con llave y le impedía el acceso.
"Ella le tenía mucho miedo porque se había vuelto persistente y no quería dejarlo entrar en la casa", relató una vecina en declaraciones publicadas por el diario británico The Sun.
Casi un mes después de poner el caso en manos de la Policía, el futbolista pidió permiso a su club, el Sancataldese de Sicilia, de la cuarta división, para no disputar el partido de Copa del fin de semana contra el Catania. Así, aprovechó para viajar a Bolonia, donde vivía su expareja.
Allí, según Il Messaggero, habría esperado dos horas hasta que ella llegó en su coche. Entonces, en la misma puerta, le golpeó repetidas veces con un martillo y le arrojó un banco de hierro. En ese momento, la víctima se encontraba hablando por teléfono con su hermana, que alcanzó a escuchar: "No, Giovanni, no, te lo ruego, ayuda". Después de eso, la llamada se cortó y la hermana llamó aterrorizada a los Carabinieri.
Los vecinos llamaron a la Policía al escuchar los gritos, pero el primero que llegó a la escena del crimen fue un menor de edad, según FanPage. El niño, hijo de un vecino, se encontró con Padovani, quien le habría dicho: “No estoy enojado contigo, estoy enojado con ella, no veo la hora de que llegue la policía, quiero terminar con todo”.
Cuando llegaron los agentes, encontraron a Matteuzzi con vida, pero sus lesiones en la cabeza eran tan graves que murió antes de llegar al centro hospitalario.
Por su parte, Giovani Padovani no opuso resistencia a la detención, según publica Infobae, que confirma que algunos testigos han indicado que confesó ser el autor del crimen. Sin embargo, ante el juez de instrucción del Tribunal de Bolonia, Andrea Salvatore Romito, guardó silencio. Este ordenó la prisión provisional para Padovani por homicidio agravado por acecho a pedido del fiscal Domenico Ambrosino, argumentando que "la personalidad del sospechoso animada por un incontenible delirio de celos e incapaz de aceptar con serenidad la ocurrencia de eventos adversos, como la terminación de una relación caracterizada por encuentros esporádicos son un manifestación de peligro excepcional e incontrolabilidad absoluta”.
El asesinato de Matteuzzi ha generado una gran repercusión. En las redes sociales, miles de usuarios han mostrado su indignación al encontrar una publicación de Instagram del 25 de noviembre de 2021 en la que el jugador habría publicado una imagen suya con el mensaje "Alto a la violencia de género y en general".
Por su parte, el club Caltanissetta, de la cuarta división de Italia, ya ha roto su contrato con el futbolista. El abogado del equipo, Salvatore Pirrello, ha mostrado su consternación a la televisión italiana: “Lo conocemos hace poco, lleva unos días con nosotros, por lo que no soy capaz de identificarlo con esas características. Sin embargo, tenía una relación con todos sus compañeros, con el entrenador. Entendimos durante dos o tres días que tenía algunos problemas”.
Entre la sociedad, han escalado las críticas al conocer que la víctima había denunciado el caso, por lo que la ministra de Justicia de Italia, Marta Cartabia, ha pedido seguir de cerca el proceder de los agentes durante la investigación; mientras que el fiscal de Bolonia, Giuseppe Amato, ha negado que haya habido negligencia judicial, al tiempo que ha explicado que el informe de acoso no destacaba "situaciones de riesgo concreto".