Las autoridades holandesas han confirmado la muerte de un bebé de tres meses en el centro de refugiados de Ter Apel, donde se hacinan las personas en condiciones infrahumanas. Hasta 700 solicitantes de asilo llevan varios días durmiendo al raso. Tanto es así que Médicos Sin Frontera ha tenido que instalarse allí para ayudar a las personas a las que el Gobierno de Países Bajos parece incapaz de atender.
Eric van den Burg, secretario de Estado de Justicia del Gobierno de Países Bajos, ha confirmado la muerte de un bebé de tres meses en Ter Apel, en la ciudad de Groningen y que hay abierta una investigación.
La Inspección de Salud y Atención a la Juventud (IGJ) de Países Bajos ha informado que “de momento poco se sabe sobre la muerte del bebé de tres meses. Desafortunadamente, la ayuda médica no sirvió de nada”.
“Los inspectores investigan todos los posibles aspectos que puedan haber influido en la muerte del bebé: analizan la causa médica, si se ha brindado atención antes, la atención disponible y las condiciones de vida alrededor del centro de recepción y en el polideportivo”, según reza un comunicado del IGJ.
Lo cierto es que 700 personas llevan varios días durmiendo al raso en los alrededores del centro de refugiados de Ter Apel, saturado e incapaz de atender ni siquiera a quienes están en el interior. Nicole van Batenburg, de Cruz Roja, y que ya conocía este albergue, ha explicado ahora “todo está muy sucio. Hay mucha basura en el suelo. Las cabinas de los aseos, apestan. Esto no es seguro para nadie”. Desde Médicos Sin Fronteras tiene la misma percepción y avisan de la falta de higiene y que la gente lleva días sin asearse porque ni siquiera hay dichas.
De hecho, MSF se ha instalado allí para tratar de asistir a las personas que el Ejecutivo holandés es incapaz de atender y les dará atención médica y psicológica. “Las condiciones de vida son comparables a las que la organización había visto en lugares como el campo de refugiados griego de Moria”, señalan desde la ONG.
Desde MSF consideran inaceptable que el Gobierno neerlandés no proporcione a estas personas, a la espera de asilo, vulnerables unas “condiciones de vida dignas”.