Se las conoce como ‘las piedras del hambre’ y son una advertencia de los peligros que conlleva el cambio climático.
Su reaparición a lo largo del río Rin en Alemania sirven como recordatorio de las dificultades a las que se enfrentó la gente durante sequías anteriores, como la de 1947.
Las piedras solían indicar malas cosechas, navegación fluvial interrumpida y la consiguiente hambruna.
Las intensas jornadas de calor y las escasas lluvias en Alemania han hecho bajar los niveles de agua lo suficiente para que sean visibles.
Las piedras se encuentran junto a las orillas de los ríos y en ellas aparecen talladas las fechas de la sequía a la que pertenecieron, junto a los nombres de las personas que lo vivieron.
El Rin se considera la arteria comercial de Alemania, y su bajo nivel del agua ya ha causado retrasos en los envíos de productos y ha elevado los costes de fletes.