En Ucrania, crece la preocupación internacional por la situación en la central nuclear de Zaporiyia después de un ataque del que Ucrania y Rusia se culpan mutuamente. Todo ello ocurre mientras Ucrania se prepara para una gran ofensiva rusa en el sur del país que podría ser inminente.
El ejército ucraniano se está preparando porque todo apunta a que el ejército ruso está apunto de llevar a cabo una gran ofensiva. Este movimiento lo han previsto hasta servicios de inteligencia extranjeros como el británico.
Mientras esa ofensiva llega, este domingo, en toda la línea de frente, los bombardeos fueron continuos. A última hora de la tarde la cifra de muertos ascendía a 16 solo con los bombardeos de este domingo.
Según Rusia, el Ejército ucraniano ha disparado un misil contra la planta, mientras que la autoridad nuclear ucraniana, Energoatom, ha señalado a las fuerzas rusas por abrir fuego contra las instalaciones.
"Las formaciones armadas de Ucrania lanzaron un ataque con un cohete de racimo Hurricane MLRS de 220 mm. Al acercarse a las unidades de potencia, el cohete liberó submuniciones de fragmentación" que causaron los daños materiales, según ha hecho saber la administración rusa que ocupa la localidad de Energodar, próxima a la planta, en un informe recogido por la agencia rusa TASS.
Ambas informaciones coinciden en que el ataque ha dañado un almacén de combustible nuclear usado y varios sensores empleados para detectar radiación.
Este sábado, el secretario general de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, avisó de que los ataques de los últimos días en Zaporiyia son "cada vez más alarmantes".
"Subraya el riesgo muy real de que haya un desastre nuclear que podría amenazar la salud pública y el medio ambiente de Ucrania y más allá", ha advertido. La actividad militar en torno a la central "debe evitarse a toda costa", ha subrayado Grossi.