El Reino Unido sigue conmocionado por la muerte del pequeño Archie, fallecido ayer tras las secuelas que le dejó un reto viral en las redes sociales, y tras una larga batalla legal que llevaron a cabo sus padres para impedir que el hospital le desconectará del soporte vital.
Las puertas del Royal London Hospital, situado en Whitechapel, al este de la capital británica, se han llenado de flores y velas en recuerdo por el pequeño, y también de mensajes de apoyo para los padres de Archie. Decenas de personas han querido dar fuerza a los padres del menor tras la dura batalla judicial que llevan meses librando y que finalmente no han logrado ganar.
Su muerte ha abierto también un debate sobre quién decide, cómo y cuándo muere una persona. Una de las propuestas para abarcar este tema es la creación de un organismo independiente que medie en casos como este.
Los padres del pequeño están totalmente devastados. Juntos han luchado hasta el final sin perder la esperanza de que el soporte vital de Archie pudiera seguir conectado, algo que finalmente no ha sido posible. Su madre asegura que aún así se siente orgullosa de haberlo intentado: "Sé que hice todo lo que pude. Todo."
Respecto al fallecimiento de Archie, la mujer ha asegurado que el menor era "un niño tan hermoso y luchó hasta el final, y estoy muy orgullosa de ser su madre".
El pequeño Archie quedó en muerte cerebral después de participar en un reto viral de TikTok en su casa el pasado 7 de abril. Sus padres lo encontraron inconsciente, y al parecer, el pequeño se habría ahorcado de manera accidental al quedar colgado de una barandilla con una cuerda atada al cuello.
Tras el incidente el menor fue trasladado al Royal London Hospital en Whitechapel, donde se le diagnosticó muerte cerebral y se le conectó al soporte vital hasta que fue desconectado este sábado.
Los padres de Archie siempre habían mantenido la esperanza de que su hijo pudiera recuperarse. El 31 de mayo, los médicos del Royal London Hospital le hicieron una resonancia magnética y ahí ya concluyeron que el estado del menor era incompatible con la vida, pero los padres iniciaron una batalla legal para tratar de mantener con vida a su hijo.
El 13 de junio una jueza determinó que Archie estaba "muerto" y que se podía desconectar del soporte vital, sin embargo, ante la insistencia de los padres, el Tribunal de Apelaciones trasladaron el caso ante el Tribunal Superior, pero solo unas semanas después la División de Familia del Tribunal Superior de Justicia dictaminaba que lo mejor para Archie Battersbee era retirarle el soporte vital.
La batalla judicial continuó con varias apelaciones más y con las mismas conclusiones por parte de los jueces: su desconexión podía ser autorizada. El caso llegó hasta el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) de la ONU, que dio un último rayo de esperanza a los padres ordenando que se aplazase la desconexión del pequeño.
Finalmente, el Tribunal de Apelaciones ratificó que el menor debía ser desconectado. Los últimos recursos presentados por los padres de Archie no fueron aceptados y la batalla judicial terminó: Archie Battersbee fue desconectado del soporte vital este sábado.