Jonathan Simoson es un niño de tres años que reside en Harveys Lake, Pensilvania (EEUU). Su vida y la de toda su familia cambió el pasado 15 de junio. Ese día, el pequeño se bañaba en la piscina de un vecino cuando notó una mancha en su hombro. Se trataba de una garrapata no más grande que la punta de un bolígrafo. Jonathan recibió la picadura de la garrapata, que le transmitió el raro virus Powassan.
Dicha enfermedad desencadenó una inflamación del cerebro y el tejido delgado que lo rodea. El virus dejó a Jonathan desplomado en una cama de hospital durante 12 días antes de ser dado de alta. Ahora, sigue luchando por sobrevivir puesto que presenta problemas cognitivos y debilidad en la mitad izquierda de su cuerpo.
Su madre, Jamie, afirmó al New York Post que "parece haber retrocedido un poco cognitivamente, pero somos optimistas de que su resiliencia lo ayudará a superarlo". Además, confesó sentirse "aterrorizada".
Jamie Simoson explicó que Jonathan no pareció inmutarse por la picadura del insecto, el cual ella misma sacó "fácilmente con un par de pinzas". "Solo había una pequeña protuberancia roja. Eso fue todo", indicó.
Sin embargo, unas dos semanas después, Jamie recibió una llamada de la guardería diciéndole que el niño parecía estar enfermo. Siendo activo y muy juguetón, se encontraba "deprimido" y se quejaba de un fuerte dolor de cabeza.
Los síntomas, según apunta el Daily Mail, empeoraron en los días posteriores. Después de dos visitas a un médico, el pequeño tuvo fiebre de más de 40 grados y no mostró ninguna respuesta a los medicamentos.
Tras someterle a una resonancia magnética, un médico finalmente pudo diagnosticar a Jonathan con meningoencefalitis, lo que causó la hinchazón en la cabeza, y permitió que los doctores brindaran el tratamiento adecuado.
Mientras la familia se enfoca en la recuperación de Jonathan, Jamie Simonon se ha convertido en una defensora de las donaciones de sangre, considerando que la inmunoglobulina intravenosa (IVIG) fue clave para salvar la vida de su hijo. El niño había recibido cinco dosis de IVIG y las mejoras fueron evidentes.
El virus Powassan es una enfermedad extremadamente rara transmitida por solo el 1 al 2 por ciento de las garrapatas Ixodes scapularis en la región del medio oeste y noreste de América.
Los síntomas a menudo incluyen fiebre, vómitos, debilidad muscular, dolores de cabeza, confusión, falta de coordinación, problemas del habla, problemas de memoria y convulsiones, según el Centro Médico de la Universidad de Columbia. En casos más graves puede provocar meningoencefalitis, como le ocurrió a Jonathan.