Graham Mansfield, de 73 años, es un hombre que el año pasado cortó el cuello de su esposa, que padecía un cáncer terminal, "en un acto de amor". El hombre, que intentó suicidarse, fue declarado no culpable de asesinato después de que un juez aceptara que la pareja había hecho un pacto de suicidio.
Los hechos ocurrieron en Hale, una localidad inglesa del condado de Gran Mánchester. Mansfield recibió una sentencia suspendida de dos años después de ser declarado culpable de homicidio involuntario. Un jurado formado por diez hombres y dos mujeres tardó solo 90 minutos en absolverlo del cargo más grave después de que el acusado ofreciera un emotivo testimonio de cómo había matado a su mujer, Dyanne, de 71 años, para acabar con su sufrimiento.
Fuera de la corte, Mansfield, en un gesto poco habitual, agradeció a los oficiales de policía que lo arrestaron su amabilidad: "Han sido encantadores. Son buenas personas y me trataron como a un ser humano".
Graham explicó que Dyanne le dijo que "ya he tenido suficiente, no puedo aguantar más (el dolor)". Así, el 23 de marzo de 2021, la pareja se acomodó en el jardín de su casa. Ella se tomó un vaso grande de vino tinto y él bebió una lata de cerveza y un whisky, mientras ambos lloraban y se confesaban lo mucho que se querían. Habían sido 41 años de matrimonio.
Hacia las 17:00 horas, Graham tomó un cuchillo y se sentó al lado de su esposa. "¿Estás lista?", le preguntó, a lo que Dyanne respondió que sí. "No haré ruido", añadió la mujer, mientras él permanecía de pie detrás de la silla. Entonces, le hizo el corte mortal en la garganta.
Graham intentó suicidarse, pero se desmayó de la impresión que le causó ver lo que había hecho. Al día siguiente, llamó a la Policía y contó todo. Cuando las autoridades llegaron hasta la vivienda hallaron a Dyanne tirada en su jardín con una nota dirigida a los agentes en la que se podía leer: "Hemos decidido quitarnos la vida".
El juez Goose, quien le impuso una condena condicional de dos años, afirmó sentirse "totalmente satisfecho" con la sentencia porque Graham "actuó por amor y compasión" hacia su cónyuge.
Graham Mansfield pidió públicamente que se legalizara la eutanasia en el Reino Unido, la cual describió como "una forma humana y sensata de hacer las cosas". Además, lamentó que la legislación actual "nos obligó a recurrir a este método bárbaro".