Los problemas se multiplican para el premier británico. El Gobierno de Boris Johnson se tambalea tras la renuncia de tres pesos pesados de su partido: los ministros de Salud y Hacienda, Sajid Javid y Rishi Sunak, respectivamente, y posteriormente el vicepresidente del Partido Conservador, Bim Afolami.
La razón de esta cadena de dimisiones es clara: una profunda desconfianza en el primer ministro británico, que vuelve así a estar contra las cuerdas, tras la sonada polémica de sus fiestas en Downing Street en pleno confinamiento. No obstante, ahora el desencadenante se encontraría en un escándalo sexual de uno de sus parlamentarios.
Fue ayer cuando el premier británico por fin reconoció en una entrevista que se había equivocado, que había sido un error nombrar como número dos del grupo parlamentario a ese diputado que estaba siendo investigado por haber abusado de algunos hombres, – Chris Pincher–, pero al final ha sido la gota que ha colmado el vaso para algunos miembros de su gabinete, porque ministros después sus dos ministros presentaban su dimisión. De hecho, es muy reveladora la carta del ministro de Economía, en la que decía que “el público, con razón, espera que el Gobierno sea competente y serio”.
Medios auguran que podría presentar hoy su dimisión, una posibilidad a la que, de momento, Boris Johnson se resiste. De hecho, son también muchos los que creen que él no se irá si no le echan, y es por eso que algunos conservadores rebeldes ya han organizado una reunión de cara a la semana que viene para intentar cambiar las normas del partido y así poder celebrar otra votación, porque ya se celebró una y la ganó, aunque no como él quería, pero eso le blindó durante un año.
En las próximas horas se espera a Johnson en la Cámara de los Comunes, donde se enfrentará a la tradicional sesión de control. Por la tarde, además tiene que comparecer ante una comisión del Parlamento británico, y si fuese otro primer ministro creen que ya habría dimitido, pero Johnson no es un político al uso.
En su mensaje de dimisión, el ministro de Salud, Sajid Javid, dejó ver su falta de confianza y su falta de fe en que las cosas cambien con Boris Johnson.
"Fue un privilegio que me pidieran volver al Gobierno para servir como ministro Salud y Atención Social en un momento tan crítico para nuestro país", señaló, explicando que si bien los conservadores han sido "competentes al actuar en el interés nacional", en las actuales circunstancias, "lamentablemente", la población cree que ya no lo son, como muestra que "un gran número" de diputados 'tories' votaran a favor de cesar a Johnson.
"Lamento decir que está claro para mí que esta situación no cambiará bajo su liderazgo y, por lo tanto, también ha perdido mi confianza", ha dicho
Del mismo modo, el ministro de Finanzas ha señalado que Johnson no cumple con los "estándares" de conducta que se le presuponen a un primer ministro, del que la población espera que lleve al Gobierno de "manera adecuada, competente y seria".
"Nuestro país se enfrenta a inmensos desafíos" y "creo que la población está lista para escuchar esa verdad", ha escrito Sunak, quien sentencia: "Me entristece dejar el Gobierno pero he llegado a la conclusión, a regañadientes, de que no podemos seguir así".
En este contexto, con Johnson contra las cuerdas, Downing Street ha confirmado que el 'premier' británico ha apostado por su jefe de gabinete, Steve Barclay, como próximo ministro de Salud; mientras que el hasta ahora ministro de Educación, Nadhim Zahawi, se desempeñará como nuevo encargado de Hacienda.