El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, se ha reunido este jueves con el canciller de Alemania, Olaf Scholz, el primer ministro de Italia, Mario Draghi, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su homólogo rumano, Klaus Iohannis, en el Palacio Mariyinski, en el centro de Kiev.
"Hoy estoy muy ocupado, tengo reuniones importantes. Doy la enhorabuena a los cuatro líderes por estar hoy aquí", ha señalado Zelenski en un mensaje difundido a través de su cuenta de Facebook.
Con su visita, los líderes tratan de mostrar su apoyo a Ucrania en la lucha contra Rusia y sobrepasar las críticas recibidas desde Ucrania por la falta de medidas más contundentes. "Este es un momento relevante. Es una señal de unidad para todos los ucranianos", ha aseverado Macron tras llegar a la capital.
Justo después de la llegada a Kiev de los líderes europeos Olaf Scholz, Emmanuel Macron y Mario Draghi ha sonado la alerta antiaérea, según informaron los medios.
Un corresponsal de la cadena alemana NTV informó que es habitual oír esta alarma unas dos o tres veces al día, pero que en este caso, llevaba ya 48 horas sin activarse. En el momento en el que sonaba la alarma los líderes europeos seguían en el hotel a la espera de que su sonido cesase. Este contratiempo ha causado desajustes en la agenda de los tres cuyo paso por el hotel tenía previsto ser muy breve y momentáneo.
Los líderes han recorrido previamente las calles de la ciudad ucraniana de Irpin, tomada durante semanas durante las fuerzas rusas y que "es al mismo tiempo una localidad devastada y heroica", en palabras del mandatario galo.
Además, han visitado la zona acompañados de un asesor de Zelenski en el arranque de una agenda política con la que quieren reiterar su apoyo a las autoridades y el pueblo ucranianos ante la invasión ordenada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el 24 de febrero.
Una de las localidades más devastadas en el inicio de la invasión. Allí han podido comprobar junto al presidente de Rumanía, los crímenes de guerra cometidos por los rusos. Después han sido recibidos por Zelenski, que les ha pedido en persona más armas para la guerra.
Un recibimiento mucho más cálido es el que les dan en la misma estación de Kiev donde se bajaban los líderes europeos. Allí se ven ciudadanos ucranianos, soldados heridos. En sus cuerpos, las secuelas de una invasión que el trío de políticos atestigua en Irpin donde Macron ve el rastro de los crímenes de guerra y Scholz, brutalidad rusa.
Una barbarie sigue doliendo a Sergei y Vina que grabaron cómo su casa y toda la ciudad ardía mientras soportaba el embate de las fuerzas rusas durante más de un mes. La suya fue una resistencia clave para evitar que entraran a la capital. Ahora viven en un vagón de tren junto a decenas de familias que esperan de Europa firmeza en el respaldo a Ucrania y a su adhesión a la Unión.
El expresidente ruso Dimitri Medvedev se ha burlado este jueves de la visita a Kiev del presidente de Francia, Emmanuel Macron, del canciller de Alemania, Olaf Scholz, y del primer ministro de Italia, Mario Draghi, y ha afirmado que tiene "cero utilidad" para resolver el conflicto.
"Los admiradores de las ranas, de la leberwust y de los espaguetis visitan Kiev", ha publicado Medvedev en su cuenta de Twitter, aludiendo a productos gastronómicos asociados a Francia, Alemania e Italia.
"Le prometen a Ucrania entrar en la UE y viejos obuses, borrachos de gorilka (un tipo de vodka), antes de volver a casa en tren, como hace cien años", ha añadido el actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, quien cree que el viaje "no acercará la paz a Ucrania" mientras el tiempo apremia.
Medvedev ya se refirió el miércoles con dureza a la actual escalada bélica, poniendo en duda que Ucrania "vaya a existir en los mapas" en un plazo de dos años a raíz de las negociaciones reclamadas desde Kiev para recibir gas natural licuado desde el extranjero y suplir posibles necesidades energéticas.