No se caracteriza Rusia por su apertura de prensa y menos ahora en una Guerra que Putin se resiste a calificar como tal. Cuando hoy se sabe que Navalni ha sido enviado a una cárcel de máxima seguridad desconocida -la idea de una oposición es inexistente en Rusia-, con las protestas callejeras amordazadas, con una ley que castiga estar en contra de la guerra de Ucrania, la televisión rusa se ha convertido en clave para que la propaganda saiga imperando.
Y ahí Olga Skabeyeva, la considerada ariete televisivo de Putin, parece ser un personaje clave.
No es una periodista es una propagandista. Por eso en los amenazados medios "críticos" se la conoce como la "propagandista en jefe", "la jefa de las fuerzas de operaciones especiales" de la televisión estatal rusa o la "muñeca de hierro de Putin TV", como dijo de ella un famoso bloguero conocido como "Entrevistador".
Olga Skabeyeva nació en 1984 en Volzhsky (Volgogrado), en la entonces Unión Soviética. Estudió en la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de San Petersburgo. Tras trabajar en un periódico local, Skabeyeva saltó a la fama en 2012 con su cobertura del juicio contra las Pussy Riot.
Es especialmente popular desde 2016, cuando empezó a presentar en Russia1, junto a su marido, Yevgeny Popov, el programa de entrevistas 60 Minutos. Allí se ha dedicado a difundir muchas teorías conspirativas y ha dicho todo tipo de mentiras frente a las cámaras. Por ejemplo, en un reportaje sobre el matrimonio homosexual en Francia y Reino Unido llegó a afirmar que el 40% de los niños del país criados por padres del mismo sexo "tienen enfermedades venéreas".
En 2018, colaboró en el intento de desacreditar la investigación británica sobre el envenenamiento de Sergei y Yulia Skripal. Dijo que el caso era "un elaborado complot británico para desprestigiar a Rusia". O lo que contó del vuelo MH17 de Malaysian Airlines, que se supone que fue destruido por un misil tierra-aire lanzado desde territorio controlado por los separatistas prorrusos en Ucrania. Skabeyeva prefirió decir que en realidad todo fue obra de un avión ucraniano.
Del Donbás asegura que Ucrania ha llevado allí a cabo un genocidio contra los rusoparlantes.
Skabeyeva ha exagerado los éxitos bélicos de Moscú; ha lanzado amenazas a Occidente; y ha lanzado advertencias de una nueva Guerra Mundial. Cuando en abril Ucrania hundió el crucero ruso 'Moskva', habló de un conflicto que "se convertía en la Tercera Guerra Mundial".
Más recientemente, como tertuliana en el programa Evening Vladimir Solovyov de Russia1, se mostró encantada con las sentencias de muerte dictadas contra dos británicos que luchan junto al Ejército ucraniano. Skabeyeva llegó a reírse de la idea de que los dos fueran fusilados. No es de extrañar que Irina Petrovskaya, la famosa periodista crítica con el Kremlin, se refiera a ella como miembro de las "fuerzas de operaciones especiales" de la televisión estatal rusa.
Una investigación de la Fundación Anticorrupción (FBK), publicada en 2021, descubrió que Skabeyeva y su marido poseen propiedades inmobiliarias en Moscú por un valor total de más de 300 millones de rublos (casi 5 millones de euros).
La publicación The Insider calcula que Skabeyeva ganaría 12,8 millones de rublos al año (algo menos de 200.000 euros). Su marido habría ganado 12,9 millones de rublos (sobre los 200.000 euros). Su única fuente de ingresos declarada es una empresa de medios de comunicación rusa de propiedad estatal (All-Russia State Television and Radio Broadcasting Company) y su filial Russia1.
Pero Sarah Oates, profesora y académica principal de la Facultad de Periodismo Philip Merrill de la Universidad de Maryland,la declaración de Skabeyeva marcó un cambio de tono importante que podría ayudar a revelar hasta dónde llegará el Kremlin.
Así lo ha manifestado en Insider a raíz de que Skabeyeva usara la palabra "guerra", una desviación notoria de las descripciones anteriores del presidente ruso Vladimir Putin y los medios estatales como una "operación militar especial" para la "desnazificación de Ucrania".
Las palabras de Skabeyeva no fueron accidentales, señala Oates. Los propagandistas rusos rara vez se salen del guión, se vuelven poéticos o exhiben alguna creatividad en sus descripciones. Oates dijo que es muy probable que Skabeyeva haya recibido sus temas de conversación sobre la "Tercera Guerra Mundial" directamente del propio gobierno.
La propaganda rusa patrocinada por el estado existe desde hace décadas. Pero a diferencia de la propaganda de la era soviética, que con frecuencia se basaba en mensajes positivos sobre la resiliencia y la paz de Rusia, la propaganda de la era de Putin se ha desviado hacia un tono decididamente negativo.
Skabeyeva, que construyó su carrera a lo largo de los últimos 15 años bajo el régimen de Putin, a menudo propaga las ideas del extremo libertinaje y los excesos de las naciones occidentales, al mismo tiempo que retrata a Rusia como su oponente moralmente superior, pero lamentablemente maltratado.
La propaganda rusa existente es efectiva principalmente porque tranquiliza a ciertos espectadores, ofreciendo estallidos de nacionalismo con los que pueden identificarse y de los que derivar un sentimiento de orgullo. Pero, los expertos esperan que no sea capaz de convencer a todos.