Los fenómenos meteorológicos extremos, mucho más frecuentes en los últimos años, están provocando un aumento de la violencia machista contra las mujeres, contra las niñas y contra las minorías étnicas.
Es la llamativa conclusión de un estudio dirigido por un investigador de la Universidad de Cambridge y publicado en la revista 'The Lancet Planetary Health', que relaciona la crisis climática con la violencia machista. Asegura que no la provoca, pero sí que hace aumentar los casos.
Para llevar a cabo esta investigación, se realizaron búsquedas en diez bases de datos hasta febrero de 2022 y se identificaron 26 381 manuscritos. Además, se incluyeron 41 estudios que exploran varios tipos de eventos extremos como tormentas, inundaciones, sequías, olas de calor e incendios forestales; así como distintas manifestaciones de violencia de género que incluyen la violencia y acoso sexual, violencia física, asesinatos de ‘brujas’, matrimonio precoz o forzado y violencia emocional.
Aunque no todos ellos tenían la calidad esperada y solo un estudio incluía minorías sexuales y de género, el análisis de todos ellos permitió concluir que durante o después de eventos extremos, aumentaba la violencia machista contra las mujeres, contra las niñas y contra las minorías étnicas.
Estos episodios, aseguran, traen consigo inestabilidad económica, inseguridad alimentaria y estrés mental, entre otras cosas; factores que provocan un ascenso de la violencia de género.
Esta violencia, apuntan, tiene también “innumerables implicaciones para la salud pública mundial, que incluyen lesiones físicas, embarazos no deseados, exposición al VIH u otras infecciones de transmisión sexual, problemas de fertilidad, estigma internalizado, enfermedades de salud mental (por ejemplo: depresión, ansiedad, ideación suicida y trastorno de estrés postraumático) y consecuencias para los niños (incluidos los nacidos por una violación).
Como ejemplo de este tipo de crisis, recuerdan lo que sucedió tras el huracán Katrina en agosto de 2005, en Nueva Orleans. Tras la catástrofe, ascendieron los casos de violencia machista y también las agresiones homófobas.
Además, el informe indica que el futuro no es muy alentador ya que las catástrofes medioambientales han aumentado en los últimos años. De hecho, entre 2000 y 2019, las inundaciones, las sequías y las tormentas afectaron a casi 4 000 millones de personas en todo el mundo y se cobraron más de 300 000 vidas.
Con este panorama, los investigadores pretenden que el estudio sirva para impulsar la investigación, planificación, intervención y políticas que reduzcan el daño y la incidencia de la violencia de género teniendo en cuenta el cambio climático.