El joven estudia quinto de primaria. Tiene tan solo 11 años. El acoso sexual al que en principio fue sometido tuvo lugar en el colegio público Manuela Ayala Gaitan, en la localidad de Engativá. Fue detectado por una profesora del colegio. De acuerdo con la Secretaría Distrital de Educación, el día 23 de mayo una profesora identificó un factor de riesgo con el estudiante al comprobar que el pequeño plasmaba en los dibujos de su cuaderno contenido sexual explícito. Dicha señal hizo que la profesora enviara al estudiante a orientación escolar. Desde ese momento se empezó a conocer su historia. Presuntamente, estudiantes del colegio le agredieron sexualmente en los baños.
Tras conocerse los hechos, los directivos del colegio citaron a la madre del menor para contarle lo sucedido. Esta información fue proporcionada por la psicóloga y el equipo de Prevención de Violencias Basadas en Género (VBG) de RIO-P.
Como primera medida, el centro educativo priorizó su atención inmediata a través del sistema de salud y el acompañamiento para ayudarle al máximo a disminuir los sentimientos de culpa. “También se activó el Código Blanco a través del Hospital de Engativá, a donde fue enviado el menor”, afirmaron portadores de la Secretaría de Educación Distrital (SED).
“El daño que le hicieron a mi niño es incalculable. Tiene secuelas físicas y psicológicas, lo representó en sus dibujos. Vamos a demandar a la institución porque no actuaron de forma correcta. La SED me hizo una sola llamada y a eso le llaman seguimiento”, lamentó la madre del menor.
Según reveló la mujer a la prensa local, su hijo sufría bullying por parte de estudiantes de otros cursos. “Lo que nos ha dicho es que los amenazaban con una navaja. Por eso el niño venía teniendo comportamientos agresivos. Yo había pedido ayuda psicológica porque él había perdido a su padre hace un año". Además, el día en que el menor fue abusado sexualmente se fue de casa y eso alertó aún más a la familia. “Yo les dije: algo le está pasando a mi hijo y necesito que me ayuden".