En Járkov, anoche, de nuevo, se vivieron bombardeos de las tropas rusas. Es el segundo día de ataques que hace temer que el Kremlin vuelva a arrebatar el control de toda esa zona, próxima al Dombás, al ejército ucraniano. Las autoridades denunciaban este viernes la muerte de al menos nueve civiles en un nuevo ataque perpetrado en el que otras 19 personas han resultado heridas.
El gobernador de Járkov, Oleg Sinegubov, explicaba que entre los fallecidos se encuentra un menor de apenas cinco meses que paseaba por la calle junto con sus progenitores, uno de los cuales también ha muerto, recoge la agencia de noticias Ukrinform.
"Según nuestros datos, los ataques se han realizado desde el norte de la región, donde nuestros militares mantienen su posición y poco a poco empujan al enemigo hacia las fronteras", ha detallado el dirigente local.
Además, Sinegubov ha lamentado que los últimos ataques rusos se hayan dado contra zonas residenciales, en lo que considera una estrategia desde Moscú para causar pánico entre la población y que, sin embargo, no ha fructificado gracias al desempeño del Ejército de Ucrania.
"Durante varias semanas hemos estado comprobando el silencio, un silencio muy relativo, porque hemos enfatizado constantemente que todavía era peligroso estar en las calles de Járkov", ha apuntado el gobernador regional en alusión a las últimas semanas de aparente tregua en el territorio.
Desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero, más de 4.000 civiles han perdido la vida en Ucrania, según el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, que asume que la cifra real será mucho mayor por la falta de datos claros sobre ciertas zonas.
Algunos de estos fallecidos se han sumado en las últimas jornadas en Járkov, actual escenario de una nueva ofensiva por parte del Ejército de Rusia en el marco de la "operación militar especial" iniciada por el presidente, Vladimir Putin.