Salvador Ramos, el joven que llevó a cabo una matanza en una escuela primaria de Texas, Estados Unidos, se atrincheró en un aula y mató a todas las personas que había dentro, 19 niños, todos menores de 10 años, y dos profesores. Es el tiroteo escolar más mortífero en casi una década, en un país que cuenta con un triste y amplio historia respecto a este tipo de sucesos.
Ramos, un estudiante que se encontraba preparando el acceso a la universidad, según ha detallado el gobernador del estado, Greg Abbott, sufrió acoso escolar cuando era niño debido a sus dificultades en el habla y a los problemas económicos de su familia. Este martes, decidió regresar al colegio en el que estudió para llevar a cabo una cruel e incomprensible venganza. Tras su salvaje periplo, en el que estuvo abriendo fuego durante 15 minutos, fue abatido por la Policía.
Los agentes de Uvalde, municipio en el que se produjo la masacre, recibieron el aviso de un "tirador activo" sobre las 11:30 horas (19:30 en la España peninsular). Fue entonces cuando un gran número de agentes de la Patrulla Fronteriza de EEUU respondieron a una solicitud de ayuda por parte de las fuerzas del orden, señaló Marsha Espinosa, subsecretaria de asuntos públicos del Departamento de Seguridad Nacional.
Antes de cometer la matanza en la escuela, Ramos disparó a su abuela. La mujer, de 66 años, fue trasladada con heridas graves a un hospital en San Antonio. Después, equipado con un chaleco antibalas especializado y un rifle, según el sargento Erick Estrada, el joven huyó en un vehículo que abandonó cerca de la escuela de primaria Robb y sufrió un accidente.
Ramos entró corriendo al centro, se atrincheró en un aula y comenzó a disparar contra los pequeños y los profesores que estaban dentro. Murieron todos. Los 500 niños de esta escuela, en su mayoría hispanos, terminaban el curso este jueves. El municipio, de unas 15.200 personas, se encuentra en una región con una gran población de origen mexicano, según datos del censo.
El agresor falleció abatido por los policías que acudieron al colegio. Dos agentes también sufrieron heridas leves. Los investigadores están tratando de obtener "información detallada sobre el perfil" del asesino, "sus motivos, el tipo de armas utilizadas y si tenía permiso para poseerlas", añadió Abbott.
En las redes sociales se le asocia con una cuenta de Instagram, borrada tras la masacre, que contiene fotos en las que se puede ver un cargador de rifles y dos rifles semiautomáticos.