Si hiciéramos una lista de los superhéroes más famosos de la historia, no sería ninguna sorpresa ver a Superman liderándola. No solo es uno de los superhéroes más antiguos (The Phantom tiene el honor de haber sido el primero, dos años antes que Superman), sino que se ha convertido en un auténtico icono imperecedero, al nivel de Mickey Mouse. Pese a que en las últimas décadas no haya conseguido tener una película a la altura, sigue siendo reconocido por generaciones y generaciones. Porque al final, es el primer superhéroe que nos viene a la mente. Tiene todo lo que pensamos que debería tener un personaje así: superfuerza, supervelocidad, capacidad de volar… y un gran corazón y sentido de la responsabilidad.
James Gunn, la nueva mente pensante tras DC en el cine, está preparando el nuevo salto al cine del personaje con David Corensweet dando vida a Clark Kent / Kal-El. Pero si tenemos que agradecerle a alguien el haber internacionalizado al gran superhéroe, y haberle dado la imagen que ha perdurado durante estas últimas décadas, es a Christopher Reeve, el primer actor en dar vida a Superman. La película se estrenó en 1978, bajo a dirección de Richard Donner, con Gene Hackman como el villano Lex Luthor, Margot Kidder como Lois Lane, una banda sonora irrepetible de John Williams, un cameo de Marlon Brando como padre del personaje, y la participación de Mario Puzo (creador de ‘El Padrino’) en el guión.
‘Superman: la película’ fue un éxito absoluto en taquilla, siendo la más taquilla del año en Estados Unidos. Recaudó 300 millones (aunque ajustados a la inflación estaríamos hablando de una recaudación cercana a los 1,500 millones), fue nominada a tres premios Oscar y desde luego sentó las bases de todo el cine superheroico que vendría después. Además de propulsar la carrera de Christopher Reeve llevándole al estrellato. Descubierto por el mismo agente de Robert Redford, y muy buen amigo de Katharine Hepburn, estudiaba en la escuela privada de Princeton y era un auténtico líder en el deporte. Típico estudiante modelo, bonachón, simpático y además con una altura de 1,93. Era perfecto para el papel. Tanto que llegó a rodar tres secuelas y todo el mundo empezó a medir cualquier superhéroe basándose en su interpretación.
Ya desde el éxito de ‘Superman’, Christopher Reeve comenzó su carrera como activista y, curiosamente, centrándose mucho en el terreno de las enfermedades degenerativas y parálisis, contribuyendo con la Fundación Americana de Parálisis. Una broma muy cruel del destino que, poco más de una década después, sufriera un accidente que le dejara en una silla de ruedas.
A raíz del rodaje de ‘Anna Karenina’, Christopher Reeve comenzó a interesarse por el mundo de la hípica. Pese a tener una gran alegría a los caballos, durante la película tuvo que hacer varias escenas montando a caballo (eso sí, atiborrado de antihistamínicos) y pareció cogerle el gusto. Tanto es así, que incluso participaba en pequeñas competiciones. Pero fue una en Vermont la que propiciaría su accidente ya que su caballo, llamado Expreso Oriental, se negó a saltar en el último momento, y el actor salió propulsado hacia delante, cayendo de cabeza contra el suelo, y fracturándose la primera y segunda vértebra de la columna. Además, quedó sin respiración durante varios segundos y se le seccionó la médula espinal. Por lo que no solo se quedó paralítico de cintura para abajo, sino que casi no podía mover el resto del cuerpo.
Su última película antes del accidente fue el remake de ‘El pueblo de los malditos’, dirigido por John Carpenter. Y, desde entonces, su carrera sufrió un parón inevitable. Gracias a su mujer Dana, que fue su apoyo incondicional, Christopher Reeve consiguió poco a poco ir recuperando la vitalidad que le caracterizaba. Célebre es su discurso en la ceremonia de los Óscar de 1996, donde fue ovacionado por todos sus compañeros y amigos. También creó la Christopher and Dana Reeve Foundation, organización caritativa dedicada al cultivo de células madre y a la ayuda a las personas que han quedado parapléjicas o tetrapléjicas.
Y, pese a que ya no podía valerse por sí mismo, siguió ligado al mundo del cine y la televisión. No solo como director, sino también como actor, en la tv movie ‘La ventana de enfrente’ junto a Daryl Hannah, o un cameo muy sorprendente en la serie de ‘Smallville’, casi cerrando el círculo de su propia carrera, ya que ejercía de mentor del nuevo Superman, interpretado por Tom Welling. Pero el deterioro de su organismo debido a su parálisis fue tal que el actor tuvo que alejarse de las cámaras y falleció en 2004 debido a la reacción a un antibiótico para tratar una infección.
Ahora el documental ‘Super/Man’ llega a los cines españoles este 10 de octubre, haciendo un repaso a la vida de un actor que se ganó un sitio privilegiado en la historia del cine, ya no solo por dar vida al superhéroe más famoso, sino por su activismo y su humanidad, luchando durante años para ayudar a las personas más desfavorecidas, y a todas aquellas víctimas de parálisis y enfermedades degenerativas. Al final, Reeve sí que era la mejor opción para ser Superman en la vida real, siempre tratando de dar lo mejor de sí mismo para ayudar a todos los que le rodeaban.
Por el camino se quedaron grandes papeles que rechazó por no ser lo suficientemente “desafiantes”. Entre ellos, ‘Tras el corazón verde’, ‘Fuego en el cuerpo’, ‘Arma letal’, ‘American Gigolo’ o incluso ‘Perseguido’, la película de acción protagonizada por Arnold Schwarzenegger. Christopher Reeve no estaba interesado en ser una gran estrella del cine, pero sí buscaba papeles de películas que pudieran demostrar su capacidad interpretativa. Aunque siempre quedaron opacadas por su gran éxito como Superman.
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