La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin celebran su primer aniversario de bodas como divorciados

El 4 de octubre de 1997, la ciudad de Barcelona fue escenario de la boda de la infanta Cristina de Borbón, segunda hija de los entonces reyes Juan Carlos y Sofía. La royal contrajo matrimonio con Iñaki Urdangarin, conocido por ser exjugador de balonmano y miembro del equipo olímpico español, en una ceremonia que combinó la tradición de la realeza española con la modernidad de una pareja que a ojos de todos parecía tener un futuro prometedor. Nada más lejos de la realidad. Esa felicidad, amor y complicidad que derrochaban entonces ya no existe y ahora, la situación no puede ser más diferente.

Después de varios años viviendo por separado -en 2022 vieron la luz las imágenes del exduque de Palma junto a su pareja, Ainhoa Armentia-, y tras enfrentarse a numerosos baches durante la relación -como el caso Nóos-, por fin firmaron su divorcio en enero de este año.

"De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto", anunciaban en un comunicado.

Ahora, este 4 de octubre de 2024, celebran su primer aniversario de bodas como divorciados. Con motivo de ello, recordamos cómo fue el enlace, hace ya 27 años.

Así fue su enlace matrimonial

La elección de Barcelona como escenario de la boda no fue casualidad. Iñaki Urdangarin había desarrollado gran parte de su carrera deportiva en el club de balonmano del F.C. Barcelona.

La Catedral de Santa Eulalia fue el marco elegido para la ceremonia religiosa. Este imponente templo, situado en el corazón del Barrio Gótico de Barcelona, fue decorado con flores blancas y detalles sobrios a la par que elegantes, en consonancia con el carácter de la pareja. Los 1.500 invitados incluyeron a las principales casas reales de Europa, representantes de la sociedad española, del mundo de la política, cultura y del deporte.

La infanta Cristina, que entonces tenía 32 años, lució un vestido confeccionado en seda con un corte clásico de su diseñador de confianza, Lorenzo Caprile. Llevaba una tiara de brillantes, la misma que su madre, la reina Sofía, había utilizado en su boda con Juan Carlos en 1962.

La ceremonia fue oficiada por el cardenal Ricard María Carles, arzobispo de Barcelona en ese momento, y estuvo llena de momentos emotivos: los votos de los novios, el momento de poner los anillos, la mirada orgullosa del rey Juan Carlos y la reina Sofía...

Tras la ceremonia religiosa, los recién estrenados marido y mujer y los invitados se dirigieron al Palacio de Pedralbes, donde se ofreció un banquete de bodas. La recepción estuvo marcada por los discursos de los padres de los novios y el propio rey Juan Carlos. También contó con música en directo y fuegos artificiales que iluminaron la noche de Barcelona.

A pesar del amargo desenlace de su historia de amor, la boda de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin sigue siendo recordada como uno de los momentos más memorables de la realeza española en los últimos tiempos. Fue una unión que, al menos por un tiempo, simbolizó el equilibrio entre tradición y modernidad en la Casa Real, y mostró a una pareja que, aunque ahora separada, marcó un antes y un después en la historia de la Corona española.

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