Este martes 17 de septiembre, Sara Carbonero ha compartido en sus redes sociales una reflexión y un mensaje de amor propio y superación junto a una imagen que muestra una de sus cicatrices más íntimas en el vientre.
"Camuflaje y alguna herida de guerra que ya sonríe en la piel", ha escrito en su última publicación. Junto al texto, ha divulgado dos instantáneas. En la segunda captura, ha dejado entrever con orgullo una de las cicatrices que ocupa parte de su vientre.
La imagen, impactante y valiente, ha captado todas las miradas, y muchos de sus seguidores no han tardado en reaccionar a ella. "Heridas de vida", "Bella", "Super Woman", "Guerrera", "Brutal", "Me alegra que te sonría la piel", "Heridas de guerra que te hacen superheroína. Real, valiente, guerrera", se observa en el post.
El motivo de compartir estas fotografías se debe a que ha querido mostrar parte de la nueva colección otoño-invierno de su firma, Slowlove, que creó junto a Isabel Jiménez. En ambas, aparece con varias prendas de la marca de ropa.
Esta no es la única cicatriz que ocupa el torso de Carbonero.
Fue en 2022 cuando, coincidiendo con su 38º cumpleaños, Carbonero mostró la cicatriz más grande de su abdomen. Se trata de una marca que recorre su vientre en vertical a la altura del ombligo. Un recordatorio de la operación a la que fue sometida en 2019 a causa de un cáncer de ovario y que, hasta entonces, nunca había enseñado.
"Me miro en el espejo y me gusta lo que veo mientras abrazo la imperfección. Mi cuerpo es otra forma de recordar el camino", confesó.
Fue el 10 de mayo de 2019 cuando Sara Carbonero recibió una de las peores noticias de su vida: los médicos le vieron un tumor maligno de ovario.
Tras pasar por quirófano y enfrentarse al duro proceso de quimioterapia, consiguió recuperarse.
No es una novedad en Sara compartir en las redes reflexiones sobre su lucha, incluso cómo vivió la quimioterapia y cuál fue la reacción de sus hijos, los pequeños Martín y Lucas.
A través de una foto en el espejo, Carbonero recordó el pasado 11 de junio que, durante aquella difícil época, evitó mirarse al espejo: "Lejos de la frivolidad que pueda parecer, yo cuando me miro al espejo, lo hago para tomar conciencia de mí misma, lo utilizo como herramienta clave para mejorar mi autoestima. Por causas de la vida, ya he transitado épocas en las que huía de ellos porque no reconocía a la persona que me mostraba el reflejo, llegué incluso a pasar tres o cuatro meses sin mirarme en uno", se lamentó.
También reveló que estuvo un tiempo sin poder moverse de la cama: "Al acabar el sexto y último ciclo de quimioterapia, yo estaba en la cama, sin poder moverme". Mientras, su primogénito se "tumbó conmigo" y le dijo: "Mamá, es que tienes las cejas grises y no pareces tú". Una reacción que llamó especialmente la atención de la presentadora.
"Yo por entonces, precisamente por no mirarme, ignoraba que había perdido todo el pelo de las cejas, que son las que enmarcan la mirada y dan personalidad al rostro. No sabía muy bien cómo salir de ahí y se me ocurrió decirle: '¿Y pestañas? ¿Has visto que me queda una única superviviente? ¡Una! ¡La más valiente!'", rememoró Sara.
Una conversación con su hijo mayor que desembocó en el intento del pequeño de arrancarle ese último pelo. "Por supuesto, muertos de risa, y empezamos una guerra de almohadas y después, a otra cosa", aclaró. Un reflejo de que Carbonero siempre ha querido mostrar las cicatrices de su piel y de su alma y transmitirlas con valentía a sus más de 3,5 millones de seguidores.
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